Cuando la inteligencia artificial se convierte en un puente en el aula
Antes del amanecer, en un patio escolar de Amberes, un bullicio de voces en diferentes idiomas llena el aire. Niños envueltos en abrigos y bufandas corren, juegan y conversan en holandés, pastún, árabe, español y ucraniano. Para muchos de ellos, este es un nuevo comienzo. Para la escuela De Wereldreiziger («El Viajero del Mundo»), es un día más en su misión de unir culturas a través de la educación.
Con 70 idiomas hablados entre sus 425 estudiantes, esta escuela primaria enfrenta un desafío enorme: ¿cómo enseñar en igualdad de condiciones cuando los niños provienen de contextos tan distintos? Algunos han huido de la guerra, otros llegan con niveles educativos dispares y pocos hablan el idioma local, el flamenco.
Pero en Viajero del Mundo, la diversidad no es un obstáculo, sino una riqueza. Y la clave para convertirla en una ventaja está en la tecnología.
Una educación sin fronteras gracias a la IA
Desde hace años, la escuela ha apostado por herramientas digitales para personalizar la enseñanza y llegar a cada estudiante según su nivel. Gracias a una colaboración con Microsoft, ahora utilizan aplicaciones impulsadas por inteligencia artificial, como Reading Progress e Immersive Reader, para mejorar la lectura y la comprensión del idioma.
Estas herramientas permiten que cada niño practique a su propio ritmo. Reading Progress, por ejemplo, graba a los alumnos mientras leen y analiza su pronunciación, velocidad y errores en tiempo real. Luego, la IA ofrece una retroalimentación personalizada que acelera el aprendizaje.
«Con esta tecnología, hemos visto niños que avanzan en tres semanas lo que antes les tomaba seis meses», explica Jef Groffen, director de la escuela y ganador del Premio Especial Belga de IA en la Educación.
Más que una herramienta, un cambio de mentalidad
La implementación de la tecnología no solo ha beneficiado a los alumnos, sino también a los profesores. Charlie Todts, docente y coordinadora de la escuela, reconoce que, sin estos recursos, sería casi imposible atender las necesidades individuales de cada niño.
«Cuando no tengo computadoras o aplicaciones, me es muy difícil llegar a 20 estudiantes en su nivel», dice Todts. «Con estas herramientas, cada niño tiene su propio asistente de aprendizaje».
Además de facilitar la enseñanza, el uso de IA permite que los estudiantes aprendan con textos complejos sin importar su idioma nativo. Gracias a Immersive Reader, los alumnos pueden leer en su lengua materna y, al mismo tiempo, ver la traducción en holandés. También pueden recibir explicaciones visuales de palabras clave y obtener subtítulos en tiempo real de las instrucciones del profesor.
«No queremos bajar el nivel de los textos para los niños que aún no dominan el idioma», explica Groffen. «En lugar de eso, usamos tecnología para asegurarnos de que todos tengan acceso al mismo contenido».
Un modelo que puede cambiar el futuro de la educación
El impacto de este enfoque ha sido tan positivo que otras escuelas de Bélgica están comenzando a adoptarlo. Según Kris Vande Moortel, asesor educativo de Microsoft en el país, cerca de 4.000 estudiantes ya usan estas herramientas, y el próximo año su implementación crecerá aún más.
Para muchos docentes, la IA en el aula sigue generando dudas. Algunos temen perder el control de la enseñanza o depender demasiado de la tecnología. Pero en Viajero del Mundo, han encontrado un equilibrio.
«Utilizo IA para apoyarme, pero siempre reviso todo con mi propio criterio», comenta Dieter Eyzermans, profesor de cuarto grado. «No se trata de sustituir a los docentes, sino de ampliar nuestras capacidades».
Para los niños, la integración de la tecnología ha sido algo natural. Hoy, la hija mayor de Charlie Todts, con solo 7 años, puede saludar en ocho idiomas diferentes. «No puedo hacer eso», dice su madre con una sonrisa. «Pero me encanta que el mundo entero esté aquí».
Porque en esta escuela, la IA no solo está transformando la educación. También está construyendo puentes entre culturas y dando a cada niño la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.