El mundo de la inteligencia artificial se encuentra en un punto de inflexión. Hasta hace poco, el dogma predominante era que más capacidad de cálculo y mayor inversión en infraestructuras eran la clave del futuro de la IA. Sin embargo, un inesperado desafío desde China ha puesto en jaque esta idea.
Mientras OpenAI y sus socios planean construir colosales centros de datos con una inversión de 500.000 millones de dólares en EE.UU., DeepSeek, un modelo de IA desarrollado en China, ha demostrado que es posible alcanzar resultados similares con un enfoque radicalmente distinto: la eficiencia en lugar de la fuerza bruta.
La historia comienza en el mismo día de la toma de posesión de Donald Trump, cuando DeepSeek R1 fue presentado al mundo. Diseñado para destacar en matemáticas, lógica y toma de decisiones, el modelo rivaliza con algunos de los sistemas más avanzados de OpenAI, pero sin requerir enormes cantidades de energía ni chips de última generación. Esto encendió las alarmas en Silicon Valley, donde algunas grandes tecnológicas, como Meta, ya han comenzado a estudiar con detalle cómo esta tecnología ha logrado ser tan eficiente.
Este desarrollo choca directamente con la filosofía que ha impulsado proyectos como Stargate, la gigantesca iniciativa que prevé construir nuevos centros de datos en EE.UU. con un presupuesto que supera incluso al del programa espacial Apolo. Trump, en su segundo día en el cargo, presentó esta iniciativa junto a Sam Altman, CEO de OpenAI, quien afirmó: «Este será el proyecto más importante de nuestra era».
Pero no todos ven con buenos ojos este megadesarrollo. Críticos como Elon Musk han expresado sus dudas sobre la viabilidad financiera del proyecto, mientras que organizaciones ecologistas advierten sobre el impacto medioambiental de estas infraestructuras. La enorme demanda eléctrica podría sobrecargar las redes locales y elevar el costo de la energía para otros sectores, además de incrementar las emisiones de carbono si se utilizan fuentes contaminantes como el carbón.
Entonces, ¿hacia dónde se dirige el futuro de la IA? Si DeepSeek demuestra que es posible lograr avances sin enormes inversiones en energía y hardware, el modelo tradicional de crecimiento podría tambalearse. Empresas como Meta ya han comenzado a reaccionar, aumentando en un 70% sus inversiones en infraestructura para no quedarse atrás.
Sin embargo, en OpenAI y otras compañías del sector, la convicción sigue siendo que «más computación significa mejor inteligencia artificial». Noam Brown, investigador de OpenAI, escribió en X: «No me cabe duda de que con aún más computación, este sería un modelo más potente».
A fin de cuentas, todo dependerá de si la industria decide seguir apostando por la fuerza bruta o si se deja inspirar por la eficiencia de DeepSeek. Lo que es seguro es que la batalla por la supremacía en la inteligencia artificial está lejos de terminar.