¿Puede la IA superar a los expertos en whisky? OWSum dice que sí, con un 100 % de precisión

¿Puede la IA superar a los expertos en whisky? OWSum dice que sí, con un 100 % de precisión

El whisky, una bebida que evoca tradiciones centenarias y rituales cuidadosamente preservados, podría estar a punto de entrar en una nueva era gracias a la tecnología. La inteligencia artificial (IA), tradicionalmente asociada con datos y cálculos, está demostrando que también puede destacar en terrenos sensoriales, superando incluso a los expertos humanos en la identificación de sabores y aromas.

Todo comienza con un desafío que parecía exclusivo de los sentidos humanos: diferenciar las complejas notas aromáticas del whisky escocés y americano. Este reto fue asumido por un equipo de investigadores del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Procesos y Embalaje IVV en Alemania, liderado por Andreas Grasskamp. Su herramienta, un algoritmo llamado OWSum, ha conseguido resultados sorprendentes que prometen revolucionar la forma en que analizamos y apreciamos el whisky.

La prueba de fuego: máquinas versus humanos

Para entrenar a OWSum, los investigadores lo alimentaron con descripciones tradicionales utilizadas por los catadores humanos: términos como “floral”, “afrutado” o “ahumado”. Con este conocimiento, el algoritmo fue capaz de analizar 16 muestras de whisky —nueve escoceses y siete americanos—, logrando identificar correctamente su país de origen con un impresionante 94 % de precisión.

Pero el verdadero salto vino cuando se introdujeron datos químicos más avanzados obtenidos mediante tecnologías como cromatografía de gases y espectrometría de masas. Con esta información, OWSum alcanzó un 100 % de precisión, diferenciando de manera exacta las notas moleculares que caracterizan a cada tipo de whisky.

Más allá de los sentidos humanos

Los resultados no solo mostraron que la IA puede identificar whiskies con mayor consistencia que los humanos, sino que también es capaz de predecir con notable precisión características olfativas clave, como el toque afrutado del whisky americano o las notas amaderadas del escocés. En una escala de evaluación del 0 al 1, OWSum obtuvo una puntuación de 0,72 y una red neuronal entrenada llegó a 0,78, dejando a los catadores humanos en 0,57.

Según Satnam Singh, miembro del equipo, esto no significa que los expertos humanos sean prescindibles. Su conocimiento es esencial para entrenar y guiar las máquinas en las etapas iniciales. Sin embargo, los algoritmos ofrecen algo que los humanos no: consistencia y precisión en cada análisis.

Impacto en la industria del whisky y más allá

Las aplicaciones de esta tecnología van más allá de la simple cata. OWSum podría transformar el control de calidad en las destilerías, ayudar a crear nuevos productos con perfiles aromáticos específicos o incluso combatir la falsificación de whiskies en el mercado.

Grasskamp también vislumbra un futuro en el que estas herramientas sean utilizadas en la industria alimentaria, cosmética y química, revolucionando la forma en que evaluamos aromas complejos.

Un nuevo horizonte para la cata

Si bien la IA no puede replicar la experiencia cultural y emocional que los humanos aportan al arte del whisky, su capacidad para desentrañar los patrones químicos más intrincados nos recuerda que tradición y tecnología pueden convivir. Este es solo el primer paso hacia una era donde la ciencia y el arte del whisky encuentren un equilibrio perfecto.