La tecnología sigue sorprendiéndonos, y esta vez se trata de un reloj. No cualquier reloj, sino uno con inteligencia artificial que puede detectar caídas o bajadas de azúcar. Algo así como un ángel guardián digital que cuida de sus usuarios. En mi opinión, este tipo de innovación es lo que realmente transforma vidas.
En el marco del programa ATDOM del Departament de Salut, una veintena de personas están probando esta herramienta que monitorea su salud las 24 horas del día. Me imagino que para ellos, y sus familias, debe ser una tranquilidad saber que hay un sistema que les avisa en caso de emergencia. La herramienta, llamada Atenea AtDom, no solo detecta problemas, sino que también ofrece consejos y hasta llama a emergencias si es necesario.
Lo que hace especial a este sistema es que habla catalán, gracias al proyecto Aina del Gobierno. Es una muestra de cómo la tecnología puede adaptarse a las necesidades culturales y lingüísticas de sus usuarios. Además, se enfoca en personas con dificultades de movilidad, lo que permite que vivan de manera más independiente.
La iniciativa, presentada en la Smart City Expo, es solo una parte de un proyecto más amplio que busca mejorar el acompañamiento de personas mayores sin necesidad de complicados dispositivos. Con una inversión de 2,6 millones de euros de fondos europeos, parece que este es solo el principio de lo que la tecnología puede hacer por nuestra calidad de vida.
Y aquí estamos, en un mundo donde un simple reloj puede ser la diferencia entre la seguridad y el riesgo. ¿No es maravilloso? Las palabras de Maria Galindo, secretaria de Políticas Digitales, resuenan: debemos aprovechar la tecnología para enfrentar los grandes retos. Porque al final del día, no se trata solo de tecnología, sino de cómo mejora nuestras vidas.

