Cuando pensamos en la inteligencia artificial, la imagen que viene a la mente es la de una tecnología futurista, casi sacada de una película de ciencia ficción. Pero, la realidad es que, para muchas pymes, la IA es un misterio envuelto en un enigma. Solo tres de cada cien pymes en España han dado el salto para integrar la IA en sus operaciones. ¿Por qué? La respuesta corta: miedo al cambio. La larga: barreras legales, preocupaciones de seguridad, falta de recursos y, claro, un poquito de desconocimiento.
En un evento reciente, Fernando de Santos de IAON explicó que no es tan complicado como parece. Formar a los empleados, entender cómo la IA puede ayudar a alcanzar objetivos y medir su impacto son pasos esenciales. Pero, ¿quién tiene el tiempo o las ganas de hacer todo eso cuando apenas se llega a fin de mes?
Y no podemos ignorar la regulación, que se está convirtiendo en un tema caliente. Amparo Alonso nos recuerda que la IA no es solo tecnología; es una decisión estratégica que afecta cómo las empresas operan y toman decisiones. La regulación no está ahí para hacer la vida más difícil, sino para asegurar que la IA beneficie a todos, no solo a unos pocos.
Al final del día, la IA debería ser una herramienta que empodera, no que sustituye. Las pymes tienen que encontrar esa chispa de valentía para abrazar la IA, porque el futuro no espera a nadie.

