La burbuja de la inteligencia artificial

La burbuja de la inteligencia artificial

Recuerdo el año 2000, cuando el mundo se dejó llevar por el espejismo de internet. Advertí que las puntocom no eran sostenibles, y poco después, el Nasdaq se desplomó. En 2008, vi el peligro en la deuda hipotecaria y, otra vez, el tiempo me dio la razón. Hoy, veo señales similares con la inteligencia artificial.

La IA es el nuevo fetiche financiero, el activo que todos quieren. Pero detrás del brillo, hay una estructura de deuda y expectativas que no se sostienen. Nos acercamos al estallido de una burbuja de la IA que podría desencadenar la mayor crisis de deuda corporativa privada en Estados Unidos.

Los inversores se comportan como si la IA fuera una economía paralela. Pero las valoraciones de algunas compañías superan ya las de 1999, y la deuda está en niveles críticos. Sin tierras raras, no hay chips, y sin chips, no hay IA. China controla la mayor parte de la extracción mundial, y cualquier interrupción podría paralizar la producción de hardware.

La administración Trump parece querer reavivar la guerra comercial con China. Pero jugar con un país que controla los materiales críticos del siglo XXI es arriesgado. China podría ralentizar exportaciones y bloquear el suministro global, provocando el pinchazo de la burbuja de la IA.

El estallido de una burbuja tecnológica sigue siempre el mismo patrón: desilusión, pánico, búsqueda de culpables. Un corte en el flujo de tierras raras podría frenar la producción de chips, disparar costos y destruir la fe del mercado. Las acciones caerían, los fondos de inversión buscarían refugio, y el sueño tecnológico se convertiría en una pesadilla.

Las amenazas comerciales de Trump solo fortalecen a China. Mientras Estados Unidos habla de sanciones, China actúa con paciencia. La inteligencia artificial podría derrumbarse más rápido de lo que pensamos. El pinchazo de la burbuja de la IA será el detonante de una crisis financiera global, desplazando el foco hacia la deuda privada corporativa estadounidense. En mi próximo análisis, exploraré cómo esta burbuja podría desencadenar una crisis de crédito que sacuda la economía norteamericana.