China y Estados Unidos: la batalla por la inteligencia artificial

China y Estados Unidos: la batalla por la inteligencia artificial

¿Quién hubiera imaginado que, desde aquella prueba de Turing en los años ’50, llegaríamos a ver a China y Estados Unidos enfrentarse en una carrera por la inteligencia artificial que parece más sacada de una novela de espionaje que de la realidad? Pero aquí estamos, en pleno siglo XXI, viendo cómo la IA se convierte en el nuevo campo de batalla geopolítica. China, con su plan «Made in China 2025», ha dejado claro que no quiere quedarse en el papel de fábrica del mundo. Pretende liderar industrias de alto valor añadido, y la IA es su apuesta más ambiciosa. No nos olvidemos de que ya en 2017 lanzaron un plan específico para dominar este sector para 2030.

Mientras tanto, Estados Unidos no se queda mirando desde la barrera. Con iniciativas como «AI Next» y «Stargate», han invertido miles de millones en investigación y desarrollo de IA. Aunque, a veces, parece que sus movimientos son más reactivos que proactivos, especialmente si consideramos las barreras legales que han intentado reducir últimamente.

Lo curioso es que, a pesar de los esfuerzos estadounidenses, China parece llevar la delantera. Y no solo por la inversión económica. Su diversidad geográfica y demográfica les da una ventaja en la recolección de datos, algo fundamental para el desarrollo de la IA. Y mientras Estados Unidos les cierra el grifo de los chips, China se vuelve más autosuficiente, impulsando su desarrollo tecnológico.

Un ejemplo claro fue el lanzamiento de DeepSeek, un chatbot que vino a competir con el Chat GPT estadounidense, pero a menor costo y con la flexibilidad del código abierto. Los consumidores lo han acogido con los brazos abiertos, incrementando la adopción de aplicaciones chinas en todo el mundo.

¿Y qué pasa con Europa en todo esto? Bueno, parece estar algo rezagada, viendo cómo se desarrolla la batalla desde las gradas, a pesar de algunas iniciativas.

Al final del día, la lucha por el control de la IA no es solo tecnológica o económica. Es una lucha por el poder cultural, ideológico y social. Cada país busca que su visión del mundo prevalezca en los algoritmos que dictarán el futuro. Como si de una nueva Guerra Fría se tratase, pero esta vez, en lugar de misiles, el arma son los datos y los algoritmos.