La inteligencia artificial es el nuevo oro. No hay otra forma de decirlo. Y en esta fiebre del oro moderno, las grandes tecnológicas norteamericanas están haciendo todo lo posible para moldear las leyes a su favor. Google, Amazon, Facebook y Apple, conocidos como los GAFA, han estado ocupados en Bruselas, tratando de influir en el futuro de la IA en Europa.
Es un juego de poder. Mientras Europa busca proteger a sus ciudadanos con regulaciones estrictas, al otro lado del charco, las empresas buscan la flexibilidad que les permita avanzar sin restricciones. Es como una partida de ajedrez donde cada movimiento es crucial.
Microsoft, por ejemplo, ha estado particularmente activa este año. Desde marzo, ha mantenido reuniones enfocados en el «Código de Buenas Prácticas de la IA». Es un intento de establecer algunas reglas del juego, aunque por ahora son voluntarias. Pero en este mundo, lo voluntario puede ser solo el primer paso hacia lo obligatorio.
Por otro lado, Meta y Apple también han tenido sus encuentros con la Comisión Europea. Y Amazon no se queda atrás, con cinco reuniones en su haber. Todos quieren asegurarse de que las leyes no pongan freno a su ambición.
Hay un choque de intereses evidente. Mientras Europa se preocupa por la seguridad y los derechos de sus ciudadanos, las tecnológicas quieren asegurarse de que no se les ponga un corsé demasiado ajustado. Es una danza complicada, y quién sabe cómo terminará.
De momento, lo que está claro es que la IA no solo está transformando la tecnología, sino también la política. Y en este tablero, cada movimiento cuenta.

