En el mundo del cine, la inteligencia artificial (IA) ha comenzado a causar revuelo. Y no es para menos. En España, el gobierno ha empezado a sospechar que algunos cineastas están usando IA para escribir guiones y, de paso, obtener subvenciones. ¡Vaya lío!
El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales ha lanzado ayudas para guiones, poniendo especial énfasis en aquellos escritos en lenguas cooficiales como el catalán o el euskera. Pero aquí está el detalle: cualquier uso de IA para escribir esos guiones descalifica a los participantes. Y eso ha puesto a más de uno en alerta.
¿Por qué tanta preocupación? La IA ha evolucionado tanto que ahora puede crear historias, guiones e incluso voces, sin necesidad de un equipo humano detrás. Películas como «DreadClub: Vampire’s Verdict» y «Post Truth» son ejemplos de cómo la IA puede tomar las riendas del proceso creativo. Pero, ¿es eso realmente cine?
El gobierno ha dejado claro que no habrá ayudas para quienes usen IA en sus guiones. Sin embargo, no está tan claro cómo piensan detectar a quienes hagan trampa. Después de todo, cualquiera con conocimientos básicos podría hacer pasar un guion generado por IA por uno auténtico. Y eso plantea un desafío más grande de lo que parece.
En un mundo donde la tecnología promete revolucionar la creatividad, nos enfrentamos a un dilema: ¿abrazamos el cambio o trazamos una línea en la arena? Mientras los cineastas debaten la ética de usar IA, el gobierno español se mantiene firme en su postura. Pero, ¿será suficiente para preservar la esencia del cine?
A fin de cuentas, el arte siempre ha sido una expresión humana. Y aunque la IA puede ofrecer herramientas fascinantes, la pregunta sigue siendo: ¿queremos un cine hecho por algoritmos o por personas? La respuesta, como el arte mismo, puede no ser tan sencilla.

