Cuando piensas en cárceles, probablemente no imaginas un futuro digno de una novela distópica. Pero en el Reino Unido, parece que la ficción se está acercando peligrosamente a la realidad. El gobierno de Keir Starmer ha decidido apostar fuerte por la inteligencia artificial (IA) para resolver problemas de sobrepoblación en los centros penitenciarios. Y aquí viene lo interesante: quieren predecir la violencia antes de que ocurra. Suena a ciencia ficción, ¿verdad?
La idea es usar IA para analizar datos de los reclusos y prever incidentes violentos. A primera vista, parece un uso inteligente de la tecnología. Pero, ¿y si en vez de prevenir la violencia, solo estamos creando un entorno más frío y distante? Mike Nellis, experto en justicia penal, advierte que podríamos estar encaminándonos hacia un sistema donde los presos sean tratados como números, procesados por máquinas en lugar de personas.
Además, el gobierno está considerando otras propuestas tecnológicas, como chips subcutáneos para rastrear a los presos o robótica para gestionar sus movimientos. Todo esto suena impresionante, pero también un poco aterrador. ¿Realmente queremos un mundo donde las máquinas vigilen cada movimiento humano?
Las organizaciones de derechos humanos ya han expresado su preocupación. Argumentan que este enfoque podría deshumanizar aún más el sistema penitenciario y violar derechos fundamentales. Y es que, en la búsqueda de eficiencia, podríamos estar sacrificando la humanidad de las instituciones.
A pesar de las críticas, el gobierno sigue adelante. La ministra de Justicia, Shabana Mahmood, está decidida a explorar cada opción tecnológica para mejorar la seguridad. Pero, ¿a qué costo? Tal vez, en este afán por modernizar las prisiones, estamos olvidando que detrás de cada reja hay una persona, no solo un número.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la verdadera pregunta es: ¿estamos preparados para las implicaciones éticas y sociales que esto conlleva? Porque al final, no se trata solo de eficiencia, sino de cómo queremos ser como sociedad.