La IA desvela los secretos de las Líneas de Nazca

La IA desvela los secretos de las Líneas de Nazca

Ah, las Líneas de Nazca. Esas misteriosas figuras en el suelo del desierto peruano, visibles solo desde el cielo. Durante más de un siglo, han desconcertado a los arqueólogos, alimentando teorías de todo tipo, desde las más científicas hasta las más extravagantes. Pero, parece que la inteligencia artificial ha decidido que ya era hora de arrojar un poco de luz sobre el asunto.

Gracias a una colaboración entre investigadores y la IA de IBM, se han descubierto nada menos que 303 nuevos geoglifos en cuestión de meses. Duplicar el número conocido hasta ahora no es poca cosa, y ha reavivado el interés por este enigma arqueológico. La IA ha sido entrenada para analizar imágenes aéreas, identificando geoglifos que habían pasado desapercibidos al ojo humano.

Para los arqueólogos, este avance no solo significa encontrar más figuras. También representa una nueva forma de abordar el estudio de civilizaciones antiguas. La IA, con su capacidad para procesar grandes cantidades de datos, está transformando la arqueología, ofreciendo una perspectiva más eficiente y precisa.

Lo fascinante es que este es solo el comienzo. La tecnología ya se está aplicando a otros yacimientos arqueológicos alrededor del mundo. Desde tumbas milenarias hasta naufragios, la IA está desenterrando secretos que llevaban siglos ocultos.

En el caso de las Líneas de Nazca, los investigadores sugieren que muchos de los nuevos geoglifos formaban parte de senderos rituales. Estos caminos, recorridos por los antiguos habitantes, les conectaban con el paisaje y, tal vez, con sus dioses. La IA, al mostrar estos detalles, nos ofrece una ventana al pasado, revelando los conocimientos de diseño espacial y astronomía que poseía la civilización Nazca.

Aunque la tecnología aún requiere supervisión humana, no cabe duda de que en los próximos años la IA transformará la arqueología. ¿Cuántos más secretos podrá desvelar? Solo el tiempo lo dirá. Pero por ahora, nos queda maravillarnos con lo que ya hemos descubierto.