En un mundo donde el optimismo tecnológico es la norma, Mo Gawdat, un exejecutivo de Google, se atreve a levantar la voz con una advertencia que resuena como un trueno en un día soleado. No está aquí para hablar de robots rebeldes o utopías digitales. No. Lo que le preocupa es mucho más inmediato y tangible: el impacto de la inteligencia artificial en el empleo humano. Y, francamente, no pinta nada bien.
Gawdat, que estuvo en el corazón del gigante de Internet, ha visto de primera mano lo que la IA puede hacer. En una de sus empresas, lo que antes requería 300 trabajadores ahora se resuelve con apenas tres. ¿Y eso es algo bueno? Para algunos, quizás. Pero para las personas que perdieron su empleo, seguro que no. Gawdat afirma que aquellos que prometen que la IA creará más empleos de los que destruye simplemente «no están diciendo la verdad».
Su predicción es clara y un tanto aterradora: hacia 2027, podríamos entrar en una «década y media de infierno», con despidos masivos y una economía tambaleante. ¿La solución? Una renta básica universal, algo que pocos gobiernos se atreven a mencionar. La desigualdad crecerá, y la clase media, tal como la conocemos, podría desvanecerse.
Gawdat no está solo en sus preocupaciones, pero su voz es una de las pocas que se escuchan con claridad. Mientras algunos sueñan con un mundo transformado por la IA, él nos recuerda que aún estamos a tiempo de evitar lo peor. La pregunta es: ¿alguien está escuchando?

