Inteligencia artificial: el discurso va rápido, el cambio no tanto

Inteligencia artificial: el discurso va rápido, el cambio no tanto

La inteligencia artificial ha llegado con un estruendo que resuena en cada rincón de nuestras vidas. Pero, ¿y el impacto real? Ahí es donde la cosa se pone interesante. Miembros del equipo de Masayoshi Son, el cerebro detrás de Softbank, estaban ultimando detalles para una conferencia en Tokio. Y mientras tanto, uno no puede dejar de pensar en cómo la IA está transformando el mundo, lentamente.

En el siglo XVIII, James Watt cambió el juego con la máquina de vapor. Hoy, la IA parece destinada a hacer lo mismo, solo que en lugar de músculos, estamos hablando de neuronas. El problema es que, a pesar de las inversiones multimillonarias, los indicadores globales de productividad no han dado ese salto que muchos esperaban. ¡Vaya paradoja!

Pero no es la primera vez que la tecnología tarda en dejar su huella. La electricidad, el microchip… todos ellos tardaron décadas en mostrar todo su potencial. La IA, al parecer, sigue un camino similar. Entonces, ¿qué hacemos mientras tanto?

La clave podría estar en cómo nos adaptamos al cambio. El Foro Económico Mundial nos dice que se perderán millones de empleos, pero se crearán otros tantos. Es un juego de suma cero, más o menos. Pero el verdadero desafío es la preparación. Sin educación digital y una infraestructura adecuada, la IA no será el motor de productividad que esperamos.

Así que, mientras las empresas luchan con barreras como la resistencia organizacional y la falta de personal cualificado, la pregunta es: ¿seremos capaces de integrar esta tecnología con una visión positiva? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: aquellos que aprendan a navegar esta marea tecnológica serán los que definan el futuro.