España y la encrucijada de la IA solidaria

España y la encrucijada de la IA solidaria

En la vorágine del Mobile World Congress 2025 en Barcelona, entre robots y avances tecnológicos, surge una cuestión inquietante: ¿Puede España convertirse en un referente en la IA solidaria? La cooperación internacional está en un punto crucial, golpeada por desafíos y desencuentros, pero también frente a oportunidades sin precedentes. La inteligencia artificial, esa maravilla que antes solo existía en la ciencia ficción, ahora podría ser el revulsivo que necesitamos.

Imaginemos un mundo donde la IA ayuda a predecir sequías, personaliza la educación para cada niño o diagnostica enfermedades en lugares recónditos. El potencial es inmenso, pero también lo son los riesgos. La reproducción de sesgos y la falta de transparencia son amenazas reales. Sin embargo, España tiene la oportunidad de liderar un modelo de IA responsable, basado en la ética y los derechos humanos. Con iniciativas como el Reglamento Europeo de IA y la creación del Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica, nuestro país está bien posicionado. Pero, ¿es suficiente?

La cooperación oficial aún no ha captado del todo el impacto de la IA. Para ser protagonistas en esta revolución, necesitamos una estrategia clara y recursos suficientes. ¿Qué pasos debería dar España para integrar la IA en su acción exterior? ¿Podemos realmente ocupar un lugar destacado en esta carrera global? La respuesta es sí, pero el tiempo apremia. El momento de actuar es ahora, antes de que la oportunidad se nos escape entre los dedos.