La inteligencia artificial analiza grandes volúmenes de datos, y ChatGPT ha identificado una curiosa asociación: ciertos nombres masculinos parecen vincularse con altos niveles de coeficiente intelectual (CI). Según un estudio, Alexander, Leonard (o Leonardo) e Isaac son los nombres que más aparecen en contextos académicos y científicos destacados.
Este análisis fue realizado mediante la revisión de artículos científicos, bases de datos de patentes y perfiles académicos, revelando patrones intrigantes sobre cómo estos nombres se asocian con la excelencia intelectual. Sin embargo, los expertos subrayan que el nombre en sí no determina la inteligencia de una persona.
Alexander, de origen griego, significa «protector de los hombres» y es recurrente en la historia de la ciencia y la filosofía. Figuras como Alexander Graham Bell, inventor del teléfono, y Alexander Grothendieck, matemático del siglo XX, refuerzan esta conexión. La inteligencia artificial encontró una alta frecuencia de este nombre en publicaciones académicas y registros de patentes.
Leonard o Leonardo también tiene una rica tradición intelectual, con Leonardo da Vinci como su representante más emblemático. En tiempos más recientes, Leonard Cohen, compositor y poeta, y Leonard Susskind, físico teórico, continúan esta tendencia. La IA detectó la constante presencia de este nombre en ciencia, arte y filosofía.
Isaac, otro nombre significativo, está asociado a figuras como Isaac Newton, uno de los padres de la física moderna, e Isaac Asimov, autor de ciencia ficción. La IA confirma que Isaac aparece con frecuencia en bases de datos de investigadores y académicos de alto perfil.
Los especialistas en psicología y ciencia de datos destacan que, aunque el nombre no define la inteligencia, factores culturales, educativos y sociales pueden influir en el desarrollo cognitivo. En países angloparlantes, estos nombres predominan, y en Argentina, variantes como Alexander, Leonardo o Isaac son cada vez más comunes en sectores con acceso a educación superior.
La elección de nombres con connotaciones «intelectuales» refleja el deseo de las familias de transmitir valores y expectativas a futuras generaciones. La IA, al encontrar patrones en datos masivos, nos ofrece una nueva forma de ver cómo elementos cotidianos como los nombres pueden tener asociaciones sorprendentes con características como el rendimiento académico. Aunque no hay causalidad directa, estos hallazgos invitan a reflexionar sobre la influencia de la cultura y la sociedad en nuestras vidas.