En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, el arte no podía quedarse atrás. Un innovador sistema desarrollado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está cambiando la manera en que se restauran las obras de arte: una máscara digital basada en inteligencia artificial. Liderado por el investigador Alex Kachkine, este avance promete revolucionar el campo de la conservación artística.
El proceso comienza con un escaneo digital de alta resolución de la obra a restaurar. En un reciente ejemplo, una pintura flamenca del siglo XV, severamente dañada, fue el lienzo de prueba. La inteligencia artificial analiza las áreas afectadas y, dependiendo de la severidad del daño, reconstruye el color o consulta bases de datos de obras similares para inferir los elementos faltantes. Este enfoque permite una restauración fiel al estilo original sin intervención física.
La clave de esta innovación radica en una máscara polimérica ultradelgada que, sin tocar la pintura original, se adapta perfectamente a su superficie. Esta máscara está compuesta por membranas impresas con tintas especiales y un barniz de conservación que puede retirarse sin dejar rastro, asegurando una reversibilidad total del proceso. Además, se genera un archivo digital detallado de la intervención, documentando cada paso del proceso para futuras restauraciones.
Esta tecnología no solo es rápida, completando en horas lo que tradicionalmente llevaría días, sino que también ofrece una estabilidad cromática a largo plazo, probada para resistir el paso del tiempo durante 100 años. En el caso de la pintura flamenca restaurada, el sistema identificó 5.612 zonas afectadas y aplicó más de 57.000 colores distintos en poco más de tres horas.
Expertos en conservación han mostrado entusiasmo, describiendo esta técnica como un «cambio de paradigma». Sin embargo, también reconocen que la implementación práctica enfrenta desafíos técnicos y éticos. Por ejemplo, aún no es aplicable a murales u obras con relieve, y las tintas empleadas necesitan más pruebas.
El uso de inteligencia artificial en la restauración del patrimonio artístico está en auge, y esta máscara digital representa un avance significativo hacia una restauración automatizada, reversible y respetuosa con la autenticidad de las obras. Con planes de expandirse a más museos, el objetivo de Kachkine es que «restaurar sin tocar se convierta en la nueva norma». La restauración de arte está entrando en una nueva era, donde la digitalización y la inteligencia artificial se convierten en aliados indispensables para preservar nuestro legado cultural.

