Un 17 de mayo más, se celebra el Día Mundial de Internet. Pero este año hay un invitado incómodo que roba protagonismo: la inteligencia artificial.
Lo que comenzó como un homenaje a la Red que transformó el mundo, se ha convertido ahora en un debate sobre su propia evolución. Porque, como dice el emprendedor Iñaki Berenguer, “la IA no es solo una herramienta, es una revolución que va a eclipsar incluso a Internet”.
Y no lo dice por decir. Durante décadas, Internet fue el epicentro de la innovación: trajo el comercio electrónico, las redes sociales, el teletrabajo, los smartphones, el conocimiento a golpe de clic. Un invento nacido de la guerra fría —con ARPANET como embrión militar— que acabó convertida en la “autopista de la información” en los 90, y en la red imprescindible de nuestro día a día.
Pero ahora todo empieza a cambiar. Y rápido. Expertos como Miguel Ángel Ossorio, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), aseguran que la IA está rediseñando Internet desde sus cimientos. El modo en que buscamos información, interactuamos, compramos o incluso nos protegemos, está siendo reescrito por algoritmos que aprenden solos, predicen conductas y automatizan decisiones.
Una de las transformaciones más visibles es la forma de buscar información. Donde antes se usaba Google, ahora se consulta a ChatGPT. Donde había foros, ahora hay asistentes virtuales. Y detrás, siempre, un sistema de IA que lo analiza todo en segundos.
La revolución también ha llegado a la ciberseguridad. Doris Seedorf, CEO de Softtek en España, explica que la IA ha cambiado las reglas: “Ahora es posible anticiparse a amenazas, detectar comportamientos anómalos y reaccionar antes de que se produzca un ataque. Esto mejora la precisión y reduce los falsos positivos”.
Pero no todo es promesa y eficiencia. Surgen nuevos dilemas éticos: ¿qué pasa cuando una IA decide bloquearte sin explicación? ¿Y si su algoritmo tiene sesgos? ¿Cuánto acceso a tus datos es justificable en nombre de la seguridad?
A esto se suma una teoría que, aunque suene a ciencia ficción, va ganando adeptos: la del “Internet muerto”. Afirma que la Red actual está dominada por bots, IA, contenido generado automáticamente y una especie de vacío creativo. Que ya no hay humanos detrás de la mayoría de lo que vemos. Que interactuamos con máquinas sin darnos cuenta.
Y si esa teoría no te convence, al menos plantea una pregunta inquietante: ¿y si el futuro de Internet ya no es humano?
Hoy, más que nunca, este Día Mundial de Internet nos invita a mirar hacia dentro. Porque si la IA va a rehacer el mundo digital, ¿qué papel queremos tener en él?

