Usar la IA con sabiduría: la clave para destacar en un mundo automatizado

Usar la IA con sabiduría: la clave para destacar en un mundo automatizado

Para Kay Firth-Butterfield, la inteligencia artificial no debe dictar nuestro futuro, sino acompañarnos en su construcción. Fue la primera directora de ética de la IA en el mundo, y desde entonces lleva años advirtiendo: usar esta tecnología sin formación ni criterio puede ser más peligroso que no usarla en absoluto.

Participando en el FinAI Summit organizado por BBVA en Madrid, Firth-Butterfield puso el foco en la necesidad de mantener al ser humano en el centro de cualquier proceso automatizado. La IA puede ayudarnos a ser más eficientes, sí. Pero si no entendemos cómo funciona, acabaremos siendo meros espectadores de nuestras propias decisiones.

La formación es clave. No se trata de convertir a todo el mundo en experto, sino de dar herramientas básicas para que los empleados comprendan cómo funciona un modelo de lenguaje, cómo validar una respuesta automatizada y cuándo poner el juicio humano por delante del digital. Solo así se superará el miedo.

¿Desaparecerán empleos? Algunos sí, especialmente aquellos con tareas repetitivas o administrativas. Pero surgirán otros nuevos, quizá más humanos que nunca. La clave está en la transición: formarse, adaptarse, y no dejar a nadie atrás.

Firth-Butterfield rechaza una renta básica universal que divida a la sociedad entre los que dominan la IA y los que dependen de ayudas. Lo que propone es democratizar el acceso: que todo el mundo, desde cualquier rincón del planeta, pueda aprender y usar estas herramientas.

Porque la verdadera revolución no es tecnológica. Es social. Y en esa revolución, nadie debería quedarse fuera por falta de recursos o conocimientos. Ser “superprofesional” no es usar la IA como un mago usa su varita, sino saber cuándo usarla… y cuándo no.