Durante la madrugada del lunes, en un mercado que nunca duerme, un pequeño temblor sacudió a uno de los gigantes tecnológicos más admirados del momento.
Las acciones de Nvidia, líder indiscutible en el mercado de chips de inteligencia artificial, registraron una caída de hasta el 1,8% en las operaciones posteriores al cierre, según datos de Robinhood. Aunque hubo una leve recuperación poco después, la señal de alerta ya había saltado.
¿La causa? Un informe de The Wall Street Journal que apunta a Huawei, el coloso tecnológico chino, como la mano que podría cambiar las reglas del juego. Según la información publicada, Huawei está probando su procesador de IA más avanzado hasta la fecha, el Ascend 910D, diseñado específicamente para competir contra el H100 de Nvidia, uno de los chips más utilizados en el desarrollo de inteligencia artificial en China.
La noticia llega en un momento especialmente sensible para Nvidia. La compañía ya había advertido recientemente que enfrentaría nuevas restricciones a la venta de sus chips más potentes en China, como parte de las políticas de control tecnológico impulsadas durante la administración Biden. Ante este panorama, la posibilidad de que Huawei ofrezca una alternativa nacional no solo sería una solución para las empresas chinas, sino también una amenaza directa para el volumen de negocio de Nvidia en uno de sus mercados clave.
La historia de Nvidia en los últimos dos años había sido, hasta hace poco, un relato de éxito deslumbrante. Sus chips se convirtieron en la piedra angular de la nueva revolución de la inteligencia artificial, y su valor en bolsa se disparó como pocos lo han hecho. Sin embargo, 2025 trajo consigo una nueva realidad: las dudas sobre la sostenibilidad de esa demanda y la aparición de modelos de IA menos dependientes de hardware ultra potente empezaron a enfriar el entusiasmo de los inversores.
Ahora, con un competidor local emergiendo en China, Nvidia no solo enfrenta barreras regulatorias, sino también una competencia directa en el corazón de uno de sus mayores mercados. El futuro de la empresa dependerá de cómo logre adaptarse en un entorno donde la geopolítica y la tecnología van cada vez más de la mano.
En un sector donde cada avance puede cambiar el equilibrio de poder en cuestión de semanas, la batalla de los chips de IA apenas ha comenzado.