La UE pone a prueba a Google: la inteligencia artificial que puede hundir a los editores

La UE pone a prueba a Google: la inteligencia artificial que puede hundir a los editores

Hace apenas unas semanas, miles de periodistas, editores y creadores de contenido digital comenzaron a notar un descenso inquietante en el tráfico de sus sitios web. La razón no tardó en hacerse visible: Google había empezado a mostrar directamente en sus resultados de búsqueda lo que denomina “resúmenes de IA”, respuestas automáticas a las preguntas de los usuarios sin necesidad de hacer clic en ningún enlace.

Lo que a primera vista parecía una mejora en la experiencia del usuario, pronto se convirtió en una tormenta para el ecosistema de medios. Y en Bruselas, las alarmas se encendieron.

La Comisión Europea ha iniciado una evaluación formal de esta nueva función de Google en el marco de la Ley de Mercados Digitales (DMA), así como bajo la legislación sobre derechos de autor y la Ley de Servicios Digitales (DSA). Todo ello con un objetivo claro: determinar si la práctica infringe normas de competencia, daña el pluralismo informativo o vulnera los derechos de los creadores.

Los llamados “AI Overviews” permiten que Google responda directamente a las búsquedas con fragmentos generados por inteligencia artificial, recopilando y resumiendo contenido ajeno. Para el usuario puede suponer comodidad; para los medios, una amenaza existencial. Las visitas se desploman, y con ellas, los ingresos publicitarios que sustentan el periodismo.

El portavoz de la Comisión, Thomas Regnier, confirmó que la investigación parte de una preocupación compartida: ¿puede una tecnología tan poderosa reescribir las reglas del acceso a la información sin consecuencias? Y más importante aún: ¿puede hacerlo sin compensar a quienes crean esa información?

Mientras tanto, Google defiende su innovación como un paso lógico en la evolución del buscador. Asegura que cumple con la normativa y que su IA se ha retrasado nueve meses en Europa precisamente por las complejidades regulatorias.

Pero los medios desconfían. Durante reuniones privadas, la propia Google reconoció que esta tecnología había afectado al tráfico hacia los sitios web. Además, una prueba realizada por la compañía mostró que eliminar resultados de noticias apenas afectaba a sus ingresos. Un gesto que fue interpretado por los editores como una demostración de poder.

En medio de esta batalla, también flota una pregunta inquietante: ¿pueden los medios sobrevivir en un mundo donde Google decide lo que se ve y lo que no? Porque mientras la IA responde más rápido, cada vez hace falta menos el periodismo. Y eso, en democracia, siempre tiene un precio.