¿Innovar o cumplir las reglas? El dilema que enfrenta Google en Europa
Nueve meses después de su estreno en Estados Unidos, Overview AI —la nueva función de búsqueda inteligente de Google— comenzó a llegar a algunos países europeos. Pero no a todos. Mientras en Austria, España o Italia los usuarios ya prueban esta herramienta, en el resto del continente la historia es distinta: el despliegue está en pausa. ¿La razón? La maraña legal de la Unión Europea.
Overview AI no es solo otra actualización del buscador más famoso del planeta. La función promete transformar la forma en que las personas hacen preguntas y encuentran información online. ¿La novedad? Respuestas generadas por inteligencia artificial que integran múltiples fuentes para ofrecer un resumen directo, evitando que el usuario tenga que ir de web en web.
Sin embargo, esta experiencia aún no está disponible en buena parte de la UE. Francia, por ejemplo, con su propio marco nacional de protección de datos y derechos de autor, aún no tiene acceso. Desde Google no descartan llegar, pero admiten que la incertidumbre es alta. Y no es la primera vez que sucede: Meta también ha enfrentado problemas similares para lanzar sus propios asistentes de IA en la región.
Desde Bruselas llegan señales mixtas. Por un lado, los legisladores promueven marcos como la Ley de IA, la de Servicios Digitales y la de Mercados Digitales, cuyo objetivo es proteger al ciudadano. Por otro, las grandes tecnológicas —con Google a la cabeza— expresan frustración: creen que Europa se está quedando atrás en innovación. “La experiencia del usuario europeo será inferior”, afirmó un alto ejecutivo de la empresa.
Este estancamiento evidencia un conflicto de fondo. Europa quiere ser líder en ética digital, pero eso la coloca en una carrera diferente al resto del mundo. Estados Unidos y Asia avanzan sin tantas trabas, lanzando productos y experimentando directamente con los usuarios.
Desde que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia en EE.UU., las tensiones regulatorias con Europa se han intensificado. Ejecutivos como Mark Zuckerberg y Joel Kaplan han criticado abiertamente la estrategia europea, tildándola de anticompetitiva.
Mientras tanto, el usuario europeo observa desde la barrera. Con suerte, algún día podrá hacer una pregunta en Google y recibir una respuesta precisa, generada por una IA. Pero hoy, la pregunta es otra: ¿puede Europa permitirse ir más lento en nombre de la seguridad?