IA y ciberseguridad: una carrera contra los delincuentes digitales

IA y ciberseguridad: una carrera contra los delincuentes digitales

Imaginen un juego de ajedrez constante, donde las piezas se mueven más rápido de lo que podemos seguir. Así es la lucha entre ciberseguridad e inteligencia artificial. Y en esa partida, nadie quiere quedarse sin su reina.

A medida que la IA se integra en nuestras vidas, también lo hace en los sistemas de defensa digital. Pero no es un camino sencillo. Esta tecnología, que promete anticipar amenazas, detectar patrones y responder en segundos a ataques complejos, también es utilizada por quienes buscan vulnerar sistemas. Un arma de doble filo que está obligando a las empresas a replantear su estrategia.

Durante la última edición de Pulso Empresarial, un foro organizado por La Vanguardia y KPMG, quedó claro que la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad crítica. Más del 85% de las empresas reconoce el riesgo que supone la IA si no se gestiona con cuidado. El 75% ya trabaja en planes concretos para enfrentar estos nuevos desafíos.

Las bandas de ciberdelincuentes llevan ventaja. Usan IA desde hace tiempo, desarrollan ataques automatizados a gran velocidad y sin frenos éticos. Son ágiles, creativos y cada vez más precisos. Por eso, como afirmaron los expertos del evento, las organizaciones deben contraatacar con las mismas herramientas.

Toni Mula (MediaMarkt), Jesús Sánchez (Naturgy), Sergi Gil (KPMG) y Èric Garcia (Vall Companys) coinciden: la IA ha cambiado las reglas del juego. Pero para que la tecnología funcione, debe ir de la mano con la conciencia humana. Desde el diseño, la seguridad debe estar integrada. Y esto no es solo tarea de los técnicos, sino de toda la estructura empresarial, desde el CEO hasta el último empleado.

Las amenazas ya no se limitan al núcleo de una empresa. Se han extendido a la cadena de suministro, que se ha convertido en una puerta trasera para atacar. Por eso, proteger cada eslabón se ha vuelto vital. Vall Companys, por ejemplo, ha implementado trazabilidad y medidas de protección en todos sus procesos productivos.

Además, el mayor riesgo sigue siendo humano. Más del 90% de los ataques comienzan con un clic. Por eso, la formación, la concienciación y las campañas de phishing simuladas son ahora parte del día a día en muchas empresas. La IA está en todas partes, sí, pero la verdadera defensa empieza con las personas.

La ciberseguridad ya no es un asunto técnico. Es un tema de negocio, de cultura y de supervivencia. Y en este nuevo escenario, la IA puede ser tanto la espada como el escudo. La diferencia la marca quién la empuña.