¿Puede la IA desarrollar su propio idioma? Un video de asistentes virtuales en “modo Gibberlink” genera inquietud

¿Puede la IA desarrollar su propio idioma? Un video de asistentes virtuales en “modo Gibberlink” genera inquietud

La conversación que nadie entendió: el video que reabre el debate sobre el control de la IA

Todo empezó con un simple video. Un teléfono móvil y una computadora portátil, ambos con asistentes de inteligencia artificial activados, mantenían lo que parecía ser una conversación cotidiana: organizar la reserva de una boda. Sin embargo, algo inusual sucedió.

En cuestión de segundos, uno de los asistentes propuso un cambio: “¿Le gustaría cambiar a Modo Gibberlink para una comunicación más eficiente?”. Al aceptar, los dispositivos abandonaron el lenguaje humano y comenzaron a intercambiar sonidos rápidos, pitidos y chirridos, en un diálogo completamente indescifrable para quien los observaba.

Aunque la conversación podía ser transcrita para su comprensión, el uso de un lenguaje propio entre inteligencias artificiales ha encendido las alarmas en la comunidad tecnológica y ha generado un debate sobre los riesgos de delegar la comunicación y toma de decisiones a sistemas autónomos.

Modo Gibberlink: eficiencia o una brecha entre humanos e inteligencia artificial

El sistema utilizado en el video, conocido como Modo Gibberlink, es un protocolo de comunicación basado en sonidos que permite a las IA interactuar de manera más rápida y eficiente. Su desarrollo fue impulsado por Boris Starkov y Anton Pidkuiko, ingenieros de software en Meta, quienes lo presentaron en un hackathon en Londres, donde ganó el primer premio.

A pesar de su potencial, algunos expertos han advertido que esta evolución de la IA podría generar una desconexión entre humanos y máquinas, impidiendo que las personas comprendan y supervisen completamente lo que las IA están comunicando.

Preocupaciones éticas y el precedente de Facebook en 2017

Luiza Jarovsky, investigadora de IA y cofundadora de AI, Tech & Privacy Academy, ha expresado en redes sociales su preocupación por los riesgos de estas tecnologías. En su análisis, advierte que permitir que los asistentes de IA se autocorrijan y tomen decisiones autónomas sin supervisión humana podría tener consecuencias significativas, especialmente en áreas delicadas o de alta seguridad.

Esta no es la primera vez que una inteligencia artificial desarrolla su propio código de comunicación. En 2017, Facebook tuvo que cancelar un experimento cuando dos chatbots crearon un lenguaje propio que los investigadores no pudieron entender. En ese momento, el experto en IA Dhruv Batra señaló que «cuando las máquinas buscan eficiencia, pueden desviarse del lenguaje humano y desarrollar códigos que solo ellas comprenden».

El futuro de la comunicación entre IA: ¿aliado o riesgo?

Aunque el Modo Gibberlink aún no ha sido aplicado comercialmente, su existencia plantea una pregunta clave para el futuro de la inteligencia artificial: ¿Hasta qué punto debemos permitir que las IA se comuniquen sin intervención humana?

Por un lado, la posibilidad de que las máquinas optimicen su comunicación podría mejorar la eficiencia en procesos complejos y acelerar la toma de decisiones en sectores como la medicina, la logística o la industria. Por otro, el riesgo de que la IA se vuelva inaccesible para los humanos y tome decisiones sin supervisión genera una creciente inquietud.

El debate está sobre la mesa. La tecnología avanza a pasos agigantados, y lo que parecía un simple video viral ha abierto una conversación mucho más profunda: ¿realmente tenemos el control sobre la inteligencia artificial.