Imagínate buscando trabajo y, en lugar de hablar con un reclutador, te encuentras conversando con María, una voz femenina que, aunque suena amable, es un bot de inteligencia artificial. Si esto te parece un poco Black Mirror, no estás solo. Irene Martínez y Mario García, dos jóvenes en busca de empleo, se han encontrado en esta situación y tienen sus reservas.

El uso de IA en la contratación está en auge. Según Infojobs, una de cada dos empresas españolas la utiliza en sus procesos de selección. Sin embargo, tanto Irene como Mario prefieren una entrevista con humanos. Argumentan que la IA no puede evaluar la comunicación no verbal ni las emociones, aspectos cruciales en profesiones como la enfermería.

Y no son los únicos escépticos. Un estudio de Hirevue revela que el 66% de los encuestados se opone a que la IA decida sobre contrataciones. Por otro lado, expertos como Sara Álvarez de Adecco reconocen que, aunque la IA puede ayudar a buscar talento, no tiene la verdad absoluta.

La automatización promete eficiencia: reducción de tiempos de contratación y ahorro de costes. Pero los sindicatos temen que esto acabe destruyendo empleos en recursos humanos. La falta de transparencia en el uso de la IA también es motivo de preocupación. ¿Cómo se garantiza que las decisiones no están sesgadas? Joseph Nava, consultor de IA, insiste en la necesidad de supervisión humana.

A pesar de estas inquietudes, los expertos defienden que la IA puede tener un impacto positivo, ayudando a los candidatos a mejorar sus currículums y destacarse entre la multitud.

En definitiva, la revolución de la IA en la contratación está en marcha. Pero, mientras algunos ven eficiencia, otros temen una despersonalización que podría transformar radicalmente el mercado laboral. ¿Estamos listos para confiar en una máquina para evaluar lo que nos hace humanos? Solo el tiempo lo dirá.