El mundo de los gigantes tecnológicos es un lugar curioso. Mientras Amazon celebra cifras de beneficios que harían sonrojar a más de un país, también está en medio de una oleada de despidos masivos. ¿Ironía? Quizás. La compañía ha decidido que 14,000 empleados no son necesarios en su estructura. Pero, lo curioso es que, al mismo tiempo, está destinando miles de millones a la inteligencia artificial. ¿Cómo se come eso?
Imagine recibir un mensaje de texto que te dice que no vayas a la oficina. Así, sin más. Es la nueva «cortesía» de Amazon para notificar a sus empleados que se queden en casa porque ya no son parte del equipo. Parece un episodio de Black Mirror, pero es la realidad del gigante del comercio electrónico. Y mientras tanto, sus cifras de beneficios suben como la espuma. ¡21.187 millones de dólares en un trimestre! Un número que deja boquiabierto a cualquiera y que, por si fuera poco, es más de lo que España destina a sus pensiones en un año.
Es evidente que la automatización es el camino elegido por Amazon. Y no están solos. UPS, Intel y muchas otras grandes empresas están siguiendo sus pasos, reemplazando trabajadores por máquinas. La IA promete eficiencia, pero a qué precio. En esta carrera por la modernización, la pregunta inevitable es: ¿qué pasa con las personas?
Amazon asegura que no se trata de una cuestión financiera, sino cultural. Pero no se puede ignorar que la inteligencia artificial está en el centro de su estrategia. Con una inversión de 125,000 millones de dólares, Amazon está apostando fuerte. ¿El objetivo? Automatizar el 75% de sus operaciones. Para algunos, un paso hacia el futuro. Para otros, una señal de alarma.
Sin embargo, la compañía sigue sin sindicatos, y eso es un juego peligroso. Los trabajadores, en su día a día, ya sienten el peso de esta transformación. Y aunque Amazon se esfuerza por pintar un futuro brillante, el presente es incierto para muchos de sus empleados. ¿Será que estamos ante una nueva era laboral? Solo el tiempo lo dirá.

