En Barcelona, el AI Congress ha sido un hervidero de ideas y debates sobre el futuro de la inteligencia artificial. Entre los protagonistas del evento, la IA agentiva ha captado la atención de todos. Y no es para menos, pues esta nueva generación de IA promete revolucionar la manera en que las empresas operan, automatizando procesos complejos y multiplicando la productividad.
Lali Soler, directora del Área Digital de Eurecat, lo dejó claro: esta IA no solo responde a instrucciones, sino que toma decisiones autónomas. ¿Te imaginas? Una inteligencia que, en lugar de esperar órdenes, planifica, ejecuta y aprende de sus resultados. En un mundo donde el tiempo es oro, tener un aliado así puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso empresarial.
Pero, claro, no todo es un camino de rosas. La IA agentiva también plantea retos en cuanto a seguridad y ética. ¿Estamos preparados para ceder tanto control a las máquinas? La responsabilidad no puede quedarse atrás, y eso fue uno de los puntos clave discutidos en el congreso.
Por otro lado, los ejemplos prácticos que se presentaron fueron impresionantes. Desde predecir defectos en piezas metálicas en tiempo real hasta detectar alteraciones moleculares asociadas al riesgo de ictus sin necesidad de métodos invasivos. La IA está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible.
Mientras el congreso avanzaba, la sensación era clara: la inteligencia artificial está aquí para quedarse y para transformar sectores que apenas empezamos a imaginar. La pregunta es, ¿estamos listos para esta revolución?

