Vamos a romper un mito: Europa no es solo la fábrica de las regulaciones del mundo. Sí, lo sé, es fácil caer en ese cliché. Pero lo cierto es que en el Viejo Continente también se está cocinando innovación de la buena. ¿No me crees? Bueno, echemos un vistazo a lo que está pasando con empresas como Black Forest Labs en Alemania, que, aunque con pocos empleados, está haciendo ruido en el mundo de la inteligencia artificial.
Esta pequeña maravilla, nacida en Friburgo, está sacudiendo el mercado con sus modelos de imagen Flux, que ya compiten con gigantes como Google y OpenAI. Y no están solos, porque en Francia, Mistral AI está haciendo lo suyo con modelos de lenguaje. En los Países Bajos, Axelera AI está desarrollando procesadores para visión por ordenador, y en Suiza, Corintis se centra en la refrigeración líquida de chips. ¿Ves? Europa no está dormida.
Claro, la Comisión Europea también está haciendo su parte, con fondos y programas que buscan cerrar la brecha con Estados Unidos y China. Y aunque la escala aún es diferente, las señales son claras: Europa quiere y puede jugar en las grandes ligas de la inteligencia artificial.
Así que la próxima vez que pienses que Europa solo sabe de leyes y reglamentos, recuerda que también está apostando por la creación. No es tarde para que el continente se convierta en un jugador clave en el escenario global. Al fin y al cabo, talento y creatividad sobran, y la historia nos dice que nunca hay que subestimar el poder de una buena idea.