Imagínate a una actriz que no es de carne y hueso, sino una creación digital. Eso es Tilly Norwood, una figura generada por inteligencia artificial que ha causado un alboroto en Hollywood. Sus creadores holandeses quieren que sea la próxima Scarlett Johansson. Pero, ¿quién se lo cree?

Si te das una vuelta por las redes sociales de Tilly, podrías pensar que es una actriz más tratando de hacerse un nombre. Sin embargo, los actores de verdad no están contentos. Emily Blunt, Natasha Lyonne y Whoopi Goldberg, entre otros, han levantado la voz. Dicen que Tilly no es una actriz, sino un producto de un software que se ha entrenado con el trabajo de artistas humanos.

Y aunque sus creadores insisten en que es una obra de arte, el Sindicato de Actores de Cine no está de acuerdo. Alegan que, en lugar de resolver problemas, está creando nuevos al usar actuaciones robadas y dejar a los actores sin trabajo.

La controversia no es solo sobre Tilly, sino sobre cómo la IA está cambiando la industria del entretenimiento. Hace apenas dos años, las huelgas en Hollywood giraron en torno a este tema. Los artistas exigían protección contra la IA, temiendo que pudiera quitarles el trabajo.

Pero, ¿realmente puede una creación digital reemplazar la experiencia humana? Whoopi Goldberg lo duda. Dice que los humanos se mueven de manera diferente, sienten diferente. Y, honestamente, ¿quién quiere ver una película protagonizada por un algoritmo?

Mientras tanto, Tilly sigue activa en Instagram, pero su futuro en Hollywood es incierto. Tal vez las agencias y estudios estén adoptando la IA discretamente, pero la resistencia es fuerte. La pregunta es: ¿estamos preparados para un mundo donde las estrellas de cine no sean reales? ¿O es solo una fase pasajera en el siempre cambiante paisaje de la tecnología y el arte?