¡Qué rápido nos acostumbramos a lo nuevo, ¿verdad?! Parece que llevamos décadas con esta inteligencia artificial en nuestras vidas, pero si nos remontamos un poco, fue en noviembre de 2022 cuando ChatGPT hizo su gran entrada, dejando a todos con la boca abierta. Este chatbot no solo respondía preguntas como lo haría un amigo sabio, sino que lo hacía con una naturalidad pasmosa. Y la gente, claro, se volcó en masa a probarlo. Millones de usuarios en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que comenzó como una herramienta más bien técnica, de esas que imaginamos en grandes oficinas de Silicon Valley, se fue expandiendo como una mancha de aceite a otros terrenos. Un informe de OpenAI nos revela que ahora la mayoría de las consultas no tienen nada que ver con el trabajo. Y es que, a ver, ¿quién no ha sentido la tentación de pedirle a ChatGPT que le resuma su libro favorito o que le ayude a entender a su pareja? De hecho, en junio de 2025, un 73 % de los mensajes ya eran de índole personal. ¡Casi tres cuartas partes!
Pero no todo es escribir poemas de amor o buscar recetas de cocina. El mundo laboral también tiene su espacio, aunque ha cambiado. Antes, la ayuda técnica era el rey, ahora ha caído en picado. Parece que nos hemos acostumbrado a manejar por nuestra cuenta los problemas técnicos. En cambio, la escritura sigue siendo la reina del mambo en el trabajo: informes, correos, ¡y hasta novelas! ¿Será que la próxima gran obra literaria la escribe un bot?
Y la cosa no acaba ahí. La educación es otro terreno donde ChatGPT ha plantado bandera. Ya no es raro usarlo como tutor personal. Eso sí, las preguntas siguen siendo el pan de cada día: casi la mitad de los mensajes son preguntas. Pero, ¿quién usa más esta herramienta? Aquí viene lo curioso: las brechas de género se están cerrando. Para 2025, la mitad de los usuarios con nombres femeninos ya estaban al timón, lo que muestra que la IA no es solo cosa de chicos.
En resumen, ChatGPT no solo ha cambiado la forma en que hacemos preguntas, sino también quién las hace. Y si bien el futuro es incierto, una cosa es segura: la inteligencia artificial está aquí para quedarse y seguir sorprendiendo.

