Si pensamos en búsquedas en internet, Google es el rey indiscutible. O al menos lo era. Un reciente fallo judicial en Estados Unidos ha sacado a la luz la fragilidad del gigante. Según parece, ahora tiene que compartir parte de sus datos con la competencia. Y, aunque mantiene el control de Chrome y su motor de búsqueda, la pregunta es: ¿por cuánto tiempo?
La inteligencia artificial y las redes sociales han llegado para desafiar su trono. Herramientas como ChatGPT ofrecen respuestas directas y personalizadas, y eso, amigos míos, es un cambio de paradigma. Imaginen planificar un viaje sin tener que bucear entre un mar de enlaces. Para el sector turístico, que ha vivido a la sombra de Google, esto es toda una revolución.
Pero no nos adelantemos, porque no todo el mundo está de acuerdo. Algunos creen que Google resistirá, que su modelo de negocio es demasiado sólido. Sin embargo, otros ven en esta apertura de datos una oportunidad para que nuevos actores entren en escena.
Y luego están las redes sociales, que no se quedan atrás. Cada vez más tráfico se mueve hacia ellas, y las empresas están tomando nota. Es un momento de cambio, y el panorama digital se fragmenta. Veremos si Google logra adaptarse o si, finalmente, su monopolio se desmorona.

