Videos falsos de médicos: un nuevo nivel de desinformación

Videos falsos de médicos: un nuevo nivel de desinformación

Una tarde cualquiera, en el mundo digital, un médico llamado Joel Bervell descubrió que su cara aparecía en videos que nunca había hecho. ¿La razón? Inteligencia artificial. Sí, esos deepfakes que solemos asociar con actores en películas, ahora están suplantando a profesionales de la salud. Y aquí está el problema: los videos no solo son falsos, sino que promueven tratamientos erróneos a miles de internautas.

La tecnología ha llegado a un punto donde cualquiera con un poco de conocimientos y malas intenciones puede crear videos que parecen legítimos. Y claro, cuando un video muestra a un supuesto médico recomendando un producto milagroso, el público tiende a confiar. Pero la realidad es que detrás de esa cara hay un algoritmo y no un especialista.

Este fenómeno ha encendido las alarmas en diversas plataformas sociales. Empresas de ciberseguridad como ESET están en una carrera contra el tiempo para eliminar estos contenidos, pero el perfeccionamiento de la tecnología hace que cada vez sea más difícil detectarlos. «Confía en nada, verifica todo», dice Tony Anscombe de ESET. Y tiene razón. En un mundo donde la apariencia puede ser creada en un clic, la verificación se convierte en nuestra mejor defensa.

¿Y qué hacen las plataformas? TikTok y Meta han tomado medidas, eliminando contenido problemático y reforzando sus políticas. Pero YouTube, por su parte, parece estar en una encrucijada. Aunque tiene mecanismos para eliminar contenido dañino, no siempre actúa. La pregunta es, ¿hasta qué punto las plataformas deben intervenir?

Al final del día, la verdadera víctima es la confianza pública. Cuando vemos a un médico en pantalla, esperamos que nos diga la verdad, no que nos venda una mentira digital. Joel Bervell lo sabe bien. Después de todo, cuando la ciencia y la tecnología colisionan de esta manera, no solo está en juego la reputación de los profesionales, sino también nuestra salud y bienestar. Así que la próxima vez que veas un consejo médico en línea, pregúntate: ¿es un doctor o es un deepfake?