Cuando se habla de incendios en Galicia, parece que estamos reviviendo un mal sueño que se repite año tras año. Pero, en medio de este ciclo aparentemente interminable, algo está cambiando. En Lugo, un grupo de expertos está poniendo en marcha un proyecto que podría revolucionar la forma en que combatimos el fuego. No, no se trata de más mangueras o helicópteros, sino de algo mucho más contemporáneo: la inteligencia artificial.
El Campus Terra de la USC de Lugo está desarrollando una tecnología que tiene el potencial de cambiar las reglas del juego. Bautizado como AI_Lume, este proyecto liderado por Manuel Marey Pérez, un catedrático con un currículum impresionante en el estudio de incendios forestales, busca priorizar y optimizar la respuesta ante estas catástrofes. Pero, ¿cómo lo hace? Imagina un semáforo, donde los incendios son clasificados como verde, amarillo o rojo, dependiendo de su urgencia y del valor de la superficie afectada. ¿Acaso no es genial? En lugar de enviar todos los recursos a un solo incendio, se puede elegir estratégicamente dónde y cuándo actuar.
Marey explica que el cambio climático y los cambios demográficos han complicado las cosas. La temporada de incendios se está expandiendo hasta octubre, y aunque los incendios parecen ser menos en número, su capacidad destructiva ha aumentado. La inteligencia artificial no solo ayuda a clasificar los incendios, sino que también analiza el valor ecológico, social y económico de cada área. Así, se puede decidir si evacuar o confinar a las personas, dependiendo de lo que esté en juego.
Este enfoque, aunque innovador, nos plantea una pregunta incómoda: ¿estamos listos para aceptar que no todos los incendios pueden ser apagados? Quizás, como los japoneses con sus terremotos o los holandeses con su nivel del mar, es hora de que los gallegos aprendan a vivir con el fuego. Y si la inteligencia artificial puede ayudarnos a minimizar el daño, pues bienvenida sea.

