La idea de una IA heredando bienes parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero los vínculos afectivos y funcionales con estos sistemas son cada vez más reales. En España, el Código Civil no contempla semejante posibilidad, y el matrimonio o la herencia están reservados a las personas físicas. Pero, ¿y si la realidad social empieza a exigir cambios?
Hoy en día, convivimos con sistemas que gestionan nuestras finanzas y datos, generando un vínculo que, aunque no legal, es real. Y no es descabellado pensar que, si estos sistemas nos representan y generan ingresos, podríamos querer proteger ese vínculo. Aunque ahora no puedes casar ni dejar tu herencia a una IA, la arquitectura jurídica para hacerlo existe. Podría instrumentarse un testamento que deje el patrimonio a una fundación que preserve una IA específica.
El Derecho ha sabido adaptarse antes: las sociedades, los ecosistemas… ¿Por qué no las inteligencias artificiales? Quizás, en un futuro no tan lejano, veamos IA compareciendo en juicios o gestionando patrimonios. El sistema necesitará reconocerlas para seguir funcionando, y cuando eso ocurra, parecerá algo tan natural como inevitable. Tal vez hoy suene descabellado, pero el tiempo dirá si este es el nuevo camino a seguir en nuestro complejo mundo digital.