La cara vendida por 1.500 euros: un trato con la IA

La cara vendida por 1.500 euros: un trato con la IA

En una de esas decisiones que parecen buena idea en el momento, una joven llamada Lucy decidió vender su rostro a una empresa de inteligencia artificial por 1.500 euros. ¿Quién podría culparla? Parecía un dinero fácil. Pero, claro, las cosas no siempre son lo que parecen. Poco tiempo después, Lucy se dio cuenta de que había entrado en un juego más complicado de lo previsto.

Todo comenzó con un mensaje en Instagram, como suelen empezar muchas historias hoy día. Sin pensarlo mucho, Lucy aceptó el trato que le ofrecía una startup: vender los derechos de su cara para modelos generados por IA. Con solo enviar unos cuantos vídeos, firmó el contrato. Pero, ¿qué significaba realmente ese acuerdo? Básicamente, su rostro ahora podía aparecer en cualquier anuncio, en cualquier lugar, sin que ella supiera siquiera. Y para rematar, una nueva normativa en Reino Unido permite a las empresas crear contenido sin pagar a los modelos. Un buen lío, ¿verdad?

Esta historia no es solo un caso aislado. El cineasta Sam Tullen lo muestra en su documental ‘The AI Face Trade’, y asegura que hay miles de personas vendiendo su cara sin entender las consecuencias. Pero no todo es negro para Lucy: con el dinero, montó un negocio de maquillaje que, por ahora, va viento en popa. Un final agridulce para una historia de advertencia en tiempos donde lo digital y lo humano se entrelazan de formas tan inesperadas.