La Dirección General de Tráfico ha dado un paso curioso al integrar a María, un asistente virtual con inteligencia artificial, para responder a las consultas de los ciudadanos. En su primer mes, María ya ha atendido a más de 45.000 personas, intercambiando hasta 350.000 mensajes. No está nada mal para una novata, ¿verdad?
Guillermo Areán, el responsable de la Gerencia de Informática de la DGT, comenta que los resultados son bastante positivos. Y no es para menos, considerando que se trata del primer chat de IA generativa abierto al público en la sede electrónica de un organismo tan importante en España. Ahora, gracias a María, trámites como pagar multas, hacer transferencias de vehículos o renovar el carné de conducir se han vuelto más accesibles y menos tediosos.
María no intenta hacerse pasar por un humano, lo cual es un alivio. Los usuarios saben que están hablando con una IA porque así lo establece la ley. Sería un poco inquietante de otra manera. Sin embargo, aún hay margen para mejorar. La IA, aunque efectiva, puede dar respuestas incorrectas en situaciones delicadas, como la absurda idea de conducir bajo los efectos del alcohol.
Lo interesante es que la DGT ya está trabajando en una segunda fase para que María pueda interactuar de forma verbal. Imagina tener una conversación con un asistente de IA como si fuera un amigo, preguntándole cuántos puntos te quedan en el carné mientras conduces —de manera segura, por supuesto—. El futuro promete ser emocionante, y María está preparada para ser parte de él.

