En una consulta del hospital Viamed Montecanal, en Aragón, la doctora Carmen Sánchez mantiene una conversación fluida con su paciente, Laura. A primera vista, parece un encuentro médico normal, pero hay un detalle: la doctora no toma notas. No necesita hacerlo. Aida, una inteligencia artificial, se encarga de todo.
Este dispositivo, hecho con IA, transforma la conversación en un informe clínico detallado. La doctora puede mirar a los ojos de su paciente, escucharla realmente, sin preocuparse por el papeleo. Y eso, honestamente, hace que la consulta sea más humana. ¿No es irónico que una máquina nos devuelva un poco de humanidad?
Desde que Aida está en consulta, las interacciones son más cercanas. La IA permite que los médicos se concentren en lo importante: el paciente. Y aunque a algunos les pueda sonar frío, la verdad es que facilita una conexión real, al menos en lo que a comunicación se refiere. ¿Será esta la consulta del futuro? El tiempo lo dirá, pero por ahora, parece que Aida está haciendo más fácil el trabajo de los médicos y la vida de los pacientes.

