En la jungla de acero y concreto en la que vivimos, una pequeña grieta puede ser el presagio de un desastre. Imagina que caminas por un puente y, al fondo, una grieta casi imperceptible se burla de ti, escondida a simple vista. Hasta ahora, el ojo humano, con sus limitaciones y subjetividades, era nuestra única herramienta para desentrañar estos misterios estructurales. Pero la tecnología, siempre un paso adelante, ya tiene una solución: la inteligencia artificial. Édgar Espejo Mora, un ingenioso estudiante de la Universidad Nacional de Colombia, podría tener la clave para que estas grietas dejen de ser un misterio. A través de IA, pretende detectar fracturas en los materiales antes de que se conviertan en un problema mayor.
Es fascinante cómo Édgar combina el análisis de datos funcionales con aprendizaje de máquina. ¿Te imaginas? Un software que puede diferenciar entre una fractura frágil y una dúctil con una precisión del 100%. Sí, como si tuviera un sexto sentido. Este avance promete reducir los tiempos de detección, eliminar la subjetividad y, lo más importante, prevenir desastres. ¿Cuántos edificios podrían haberse salvado si hubiésemos tenido esta tecnología antes? La IA no solo nos ofrece una herramienta de precisión quirúrgica, sino que también nos permite soñar con una industria de la construcción más segura y eficiente.
La presentación de estas investigaciones en el Open Day de la Facultad de Ingeniería de la UNAL fue un torbellino de ideas. Un evento donde la ciencia y la innovación se encuentran, se estrechan la mano y, con suerte, cambian el mundo. Tal vez, algún día, los ingenieros miren atrás y vean este momento como un punto de inflexión. Y todo gracias a un estudiante con una visión extraordinaria.

