Ah, los tiempos están cambiando, y con ellos, nuestros oficios. Mientras el mundo parece desmoronarse bajo gobiernos desastrosos, la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados. Y no, no es broma. La IA ya está aquí, entre nosotros, como un niño que apenas gatea pero que promete correr más rápido que cualquiera de nosotros en pocos años.
Manuel Pimentel nos lo recuerda con su pluma afilada: la IA no es solo una moda pasajera. Es, quizás, la mayor revolución que la humanidad haya visto. Más grande que la revolución industrial, más profunda que la invención de la imprenta. ¿Estamos listos para ello? ¿Está listo nuestro cerebro? Nos guste o no, la IA transformará nuestros trabajos, el mío, el suyo, el de todos.
En el mundo editorial, del que Pimentel habla con especial cariño, la IA ya está dejando su huella. Correctores, traductores, ilustradores, todos sienten su presencia. Y sí, la IA puede escribir libros, aunque algunos se niegan a admitirlo. Los escritores humanos seguirán existiendo, claro, pero su papel será diferente. La IA no solo escribe, también aprende, y pronto podría conocer nuestras emociones mejor de lo que nosotros mismos lo hacemos.
La propiedad intelectual es otro campo de batalla. ¿De quién son los textos que la IA utiliza para aprender? Nadie lo sabe con certeza. Y mientras las negociaciones continúan, los libros cambiarán. Ya no necesitaremos diccionarios; la IA nos dará todas las definiciones que queramos. Pero la sabiduría, esa que va más allá del conocimiento, seguirá siendo un tesoro humano.
Así que aquí estamos, en el umbral de un cambio monumental. Y mientras algunos miran con temor, otros ven oportunidades. Lo cierto es que la vida sigue, indiferente a nuestros miedos, y la IA con ella. ¿Y usted, está preparado para lo que viene?