Me imagino a mi abuela llevándose las manos a la cabeza si le dijera que ocho de cada diez españoles recurren a la inteligencia artificial para resolver sus dudas médicas. La tecnología no solo está en nuestras casas, sino también en nuestras consultas médicas caseras. Así lo dice el informe de LLYC y Appinio. Y no es solo para comprar, sino para temas tan serios como la salud. ¿Quién lo hubiera dicho hace una década?
Las marcas de salud tienen un reto por delante: hacerse un hueco en este nuevo ecosistema de inteligencia artificial. Jesús Moradillo, un gurú del marketing, dice que deben trabajar su autoridad digital. ¿Y cómo se hace eso? Al parecer, hay que entender lo que nuestras queridas AI nos dicen y ser parte de sus respuestas. No basta con tener una web bonita, ahora hay que ser «entrenable» y «elegible». Ahí es nada.
Y mientras tanto, los más jóvenes, esos que parecen haber nacido con un chip en la cabeza, confían en la IA más que en cualquier otra fuente. Las respuestas que ofrece esta tecnología son sintéticas, no son las clásicas listas de enlaces que solíamos ver. Y aquí va una reflexión: ¿será esto el fin de las largas búsquedas en Google? Solo el tiempo lo dirá. Pero lo que está claro es que las marcas que quieran estar en el juego, tendrán que entender y adaptarse a este nuevo orden digital. Así que, ¿listos para el cambio?

