En un mundo cada vez más conectado, las redes sociales se han convertido en un espejo de nuestras vidas, reflejando pensamientos, emociones y, en algunos casos, señales de alerta que pueden pasar desapercibidas. El Proyecto STOP, presentado recientemente en Son Espases, es un innovador programa que emplea inteligencia artificial para identificar señales de riesgo de suicidio, depresión y trastornos de conducta alimentaria en adolescentes a partir de sus publicaciones en redes sociales.
Ana Freire, doctora en Informática e investigadora en la Universidad Pompeu Fabra, fue la encargada de desvelar los detalles de esta revolucionaria iniciativa durante el Innovation Day. El catalizador del proyecto fue un trágico incidente en 2017, cuando una niña anunció su intención de suicidarse en una publicación que, a pesar de recibir respuestas de preocupación, no pudo evitar un desenlace fatal.
El equipo de Freire ha desarrollado un sistema capaz de analizar redes sociales sin comprometer la privacidad de los usuarios. Recopilando millones de publicaciones, el sistema se enfoca en palabras clave e imágenes relacionadas con autolesiones o abusos, logrando detectar patrones de riesgo. Aspectos como la actividad nocturna y el círculo de seguidores también son analizados para determinar el nivel de apoyo social del usuario.
Con una precisión del 85% en la detección de ideaciones suicidas y del 95% en trastornos alimentarios, la inteligencia artificial ha superado a los profesionales en la identificación de perfiles en riesgo. La estrategia del proyecto no se centra en señalar a individuos concretos, sino en lanzar campañas dirigidas a aumentar la conciencia y ofrecer ayuda. Mensajes como «Expresar lo que sientes puede ayudarte», acompañados del número del Teléfono de la Esperanza, han incrementado las llamadas a servicios de ayuda en un 60%.
Los adolescentes, reacios a comunicarse por teléfono, han encontrado en un servicio de WhatsApp una herramienta más adecuada para buscar ayuda. Este canal, atendido por profesionales formados, ha gestionado más de 1.400 conversaciones mensuales y ha sido crucial en la activación de servicios de emergencia y rescates en situaciones de intento de suicidio.
El perfil de los usuarios en riesgo, según Freire, se caracteriza mayoritariamente por ser mujeres menores de 29 años, con factores asociados como insomnio, problemas familiares y baja autoestima. Aunque las redes sociales pueden ser parte del problema, Freire subraya que también pueden formar parte de la solución.
El equipo de STOP sigue perfeccionando sus sistemas y prepara una campaña internacional financiada por TikTok, con el objetivo de llevar esta iniciativa a un público más amplio. La jornada del Innovation Day, que también abordó temas de realidad virtual y sostenibilidad en salud, destacó la importancia de la IA en la detección precoz y prevención de problemas de salud mental, demostrando que la tecnología puede ser una aliada poderosa en la lucha por salvar vidas.