La Carrera por la Productividad: ¿Puede la Inteligencia Artificial Cumplir su Promesa?

La Carrera por la Productividad: ¿Puede la Inteligencia Artificial Cumplir su Promesa?

Desde los días de «The IT Crowd», la percepción de la tecnología ha cambiado drásticamente. Lo que antes se veía como un rincón oscuro del mundo corporativo, ahora está en el centro de las estrategias empresariales. La transformación digital prometió recortes de costos y valor agregado, pero el verdadero reto siempre ha sido la productividad.

En la práctica diaria, la tecnología parece mejorar nuestra eficiencia. Desde contables que ya no suman datos manualmente, hasta comerciales que crean presentaciones sin ayuda de un diseñador, la digitalización ha optimizado muchas tareas. Sin embargo, cuando analizamos los datos a gran escala, la realidad es desalentadora. Un informe de McKinsey & Company revela que, aunque el gasto en tecnología empresarial ha crecido un 8% anual desde 2022 en Estados Unidos, la productividad laboral solo ha aumentado un 2%.

En España, la situación no es diferente. La productividad por hora trabajada en 2023 es similar a la de la eurozona en 1998. De 1995 a 2023, el valor añadido bruto por hora trabajada en España aumentó un 18,9%, frente al 29,7% en la eurozona. Estos datos indican que algo no está funcionando correctamente en la digitalización.

La inteligencia artificial es la última promesa en la carrera por la productividad. Se espera que su impacto directo en el trabajo sea significativo, pero el informe de McKinsey advierte que la integración de la IA generativa está aumentando los costos y requiere una reevaluación de las estrategias de talento. No se trata solo de adoptar la IA sin criterio, sino de integrarla sabiamente en los procesos de trabajo.

Para lograr una verdadera revolución productiva, es esencial rediseñar procesos y preparar al talento humano para trabajar de manera complementaria con las máquinas. La IA no es una solución mágica, sino una herramienta poderosa que debemos aprender a usar correctamente. El tiempo dirá si la inteligencia artificial cumplirá su promesa de mejorar la productividad. Mientras tanto, la historia nos recuerda que las profecías tecnológicas no siempre se cumplen.

La sostenibilidad del modelo económico occidental en la próxima década depende de cómo abordemos este desafío. La IA tiene el potencial de ser un factor determinante en la productividad, pero su éxito dependerá de nuestra capacidad para integrarla de manera efectiva y responsable en el ámbito laboral.