En un rincón del mundo tecnológico, una innovadora propuesta ha surgido desde Bulgaria para transformar una tarea que, aunque vital, muchas veces se deja de lado: el reciclaje. Ameru, un cubo de basura con inteligencia artificial, promete cambiar la forma en que gestionamos nuestros residuos, eliminando barreras como la falta de tiempo o el desconocimiento.
A simple vista, Ameru puede parecer un cubo de acero inoxidable común. Sin embargo, en su interior esconde un sistema sofisticado que utiliza una cámara de 8 megapíxeles y algoritmos avanzados para identificar y clasificar automáticamente hasta 90 tipos de residuos. Desde papel hasta residuos orgánicos, Ameru se encarga de separarlos en sus cuatro compartimentos, con capacidades que van desde 80 hasta 100 litros, dependiendo del modelo.
Pero Ameru no solo clasifica residuos. Equipado con una pantalla táctil Full HD de 10,1 pulgadas, los usuarios pueden interactuar con el sistema, corrigiendo clasificaciones erróneas y mejorando así la precisión del cubo, que ya alcanza un 95%. Aunque una conexión a internet permite actualizaciones de software y la mejora continua del sistema, Ameru también puede operar sin ella, asegurando funcionalidad en cualquier entorno.
Este dispositivo no se limita a clasificar la basura, sino que también genera informes mensuales sobre los residuos generados, ofreciendo consejos sobre cómo reducirlos y calculando el CO2 evitado. Sin embargo, una innovación de este calibre tiene un precio: 4.000 euros. Diseñado principalmente para oficinas, espacios de coworking, aeropuertos y centros comerciales, Ameru también puede encontrar su lugar en el hogar.
A pesar de su coste, Ameru representa un paso significativo hacia un futuro más sostenible, donde la tecnología no solo facilita nuestras vidas, sino que también nos ayuda a cuidar el planeta de manera más eficiente. Con versiones compactas y amplias, Ameru está listo para revolucionar el reciclaje, una bandeja y un clic a la vez.