La inteligencia artificial generativa está transformando silenciosamente nuestro modo de trabajar. Ya no es una promesa futurista: empresas como Google, Microsoft y Duolingo ya dependen de ella para tareas que van desde la generación de código hasta la creación de contenidos. Sin embargo, el impacto que muchos esperaban —una disrupción total del mercado laboral— simplemente no se ha materializado.
Un estudio reciente dirigido por Anders Humlum y Emilie Vestergaard, publicado en abril de 2025, ofrece datos contundentes: aunque la IA se ha integrado rápidamente en once profesiones expuestas a su influencia, sus efectos sobre los salarios y las horas trabajadas son prácticamente nulos. Ni siquiera alcanzan el 1%.
¿Por qué esta aparente contradicción?
La realidad es que la transformación está ocurriendo, pero es organizativa, no económica. La mayoría de las empresas que adoptan IA generativa no eliminan puestos de trabajo. Más bien, los roles laborales evolucionan. Por ejemplo, en Microsoft, hasta el 30% del código es generado por IA, pero los programadores no han sido sustituidos: ahora supervisan, diseñan y ajustan el trabajo de las máquinas.
Duolingo, otro caso paradigmático, ha multiplicado su oferta de cursos sin necesidad de ampliar su plantilla externa. La automatización ha desplazado tareas repetitivas, permitiendo a los empleados asumir nuevas responsabilidades.
El estudio revela también que el 83% de los empleados usan chatbots cuando la empresa impulsa su adopción. Sin embargo, el aumento de productividad (2,8% en ahorro de tiempo) apenas se traslada a los salarios. Las compañías retienen la mayor parte del beneficio.
Esto no significa que podamos bajar la guardia. Los autores del estudio advierten que estamos solo al inicio de una curva de adopción tecnológica que podría reflejarse en el futuro en las estadísticas de productividad y empleo.
La IA generativa está cambiando el trabajo con sutileza y profundidad. No destruye empleo; redefine el papel humano. Y esa transformación, aunque silenciosa, es imparable.