Meta multiplica beneficios y dispara su inversión en IA pese al desafío regulatorio europeo

Meta multiplica beneficios y dispara su inversión en IA pese al desafío regulatorio europeo

Cuando una empresa supera las expectativas del mercado, la reacción suele ser inmediata. Así ocurrió con Meta, la gigante tecnológica matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, que tras publicar sus resultados trimestrales vio cómo sus acciones subían un 4% en las operaciones posteriores al cierre bursátil. Pero más allá de las cifras, el mensaje fue claro: el futuro de Meta está escrito con las letras de la inteligencia artificial.

Meta ha anunciado unos ingresos de 42.310 millones de dólares, por encima de los 41.400 millones que esperaban los analistas. También sorprendió con unos beneficios netos de 16.644 millones de dólares, equivalentes a 6,43 dólares por acción, superando ampliamente los 5,28 previstos. Esta mejora se debe, en parte, a una reducción de costes: la compañía ha recortado sus gastos totales previstos en 1.000 millones para este ejercicio.

Este margen adicional no será destinado al ahorro, sino a potenciar su inversión en IA. El propio Mark Zuckerberg ha revelado que Meta IA, el conjunto de herramientas inteligentes de la firma, ya cuenta con cerca de 1.000 millones de usuarios mensuales activos. La compañía ha decidido aumentar su presupuesto en inteligencia artificial entre 4.000 y 7.000 millones de dólares más de lo inicialmente previsto, una señal inequívoca de su estrategia de futuro.

La apuesta por la IA no es solo una cuestión de innovación, sino también de rentabilidad: mejora la segmentación de la publicidad, optimiza los contenidos y refuerza la retención de usuarios. Pero no todo es optimismo en el horizonte. La compañía ha mostrado su preocupación por la regulación europea, especialmente por las restricciones en el uso de datos personales que planea la Comisión Europea. Meta advierte de que estas medidas podrían empeorar la experiencia del usuario y afectar significativamente a sus ingresos en el mercado europeo.

En este contexto, Meta se mueve entre la ambición tecnológica y los retos regulatorios. Sus resultados financieros confirman su fortaleza actual, pero su mirada está puesta más allá de los balances: en una carrera por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial, sin perder de vista los equilibrios legales y éticos que esta conlleva.