En las calles de Madrid, cada minuto cuenta. La puntualidad de los autobuses es una promesa difícil de cumplir cuando los carriles bus se ven invadidos y las paradas, bloqueadas. Pero a partir de septiembre, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) dará un paso decisivo para cambiar esta realidad: implantará inteligencia artificial en sus autobuses para vigilar y sancionar infracciones en tiempo real.

Frente al reto de un tráfico denso y a veces caótico, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido apostar fuerte. Cámaras inteligentes instaladas en las lunas delanteras de los autobuses detectarán automáticamente a los vehículos que entorpezcan la circulación, recopilando datos valiosos para mejorar la planificación y optimizar los recursos.

Hasta ahora, el Servicio de Apoyo al Control de Estacionamiento (SACE) ha realizado una labor titánica recorriendo casi 200 kilómetros de carriles bus. Solo en 2024, patrullando más de 27.000 horas, detectaron casi 18.000 infracciones. Pero ahora, gracias a la IA, el control se automatiza y se refuerza, permitiendo actuar con más precisión y agilidad.

Este proyecto, presentado por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, no solo busca multar. El objetivo es más ambicioso: entender el impacto real de las infracciones en los tiempos de viaje, mapear los puntos críticos y hacer de la movilidad urbana una experiencia más eficiente para todos.

Madrid ya ha coqueteado antes con la tecnología: los semáforos adaptativos y los sistemas de análisis de vídeo en el Centro de Gestión de la Movilidad han demostrado su eficacia. Ahora, con los autobuses como aliados tecnológicos, la ciudad apuesta por una movilidad más fluida y respetuosa.

El tráfico de Madrid está a punto de vivir una revolución silenciosa, pero poderosa. El reto ya no es solo mover vehículos, sino mover personas de manera más inteligente.