EEUU acelera la aprobación de una IA china que podría revolucionar el diagnóstico del cáncer más letal

EEUU acelera la aprobación de una IA china que podría revolucionar el diagnóstico del cáncer más letal

Hay enfermedades que no avisan. El cáncer de páncreas es una de ellas. Avanza en silencio, sin síntomas evidentes, y cuando da la cara, suele ser demasiado tarde. Su diagnóstico temprano es uno de los mayores desafíos médicos, y por eso, cuando una inteligencia artificial demuestra que puede detectarlo antes que los radiólogos… todo el mundo escucha.

La protagonista de esta historia se llama Panda, y no es un animal: es la nueva herramienta de diagnóstico desarrollada por la Academia Damo, el centro de investigación de la gigante tecnológica china Alibaba. Su nombre proviene de las siglas en inglés «Pancreatic cancer Detection with Artificial intelligence», y sus resultados preliminares han sorprendido incluso a los expertos más escépticos.

Panda ha sido entrenada con más de 3.200 tomografías computerizadas abdominales de pacientes diagnosticados con cáncer de páncreas. Su misión: aprender a detectar la enfermedad en sus primeras fases, incluso en pacientes asintomáticos. Y lo ha conseguido. Según los estudios, Panda es un 34,1% más sensible que los radiólogos humanos. Un margen que, en este tipo de cáncer, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

En un hospital de Ningbo, China, la IA ya se ha puesto a prueba con 40.000 pacientes. Identificó seis casos de cáncer en fase temprana. Dos de ellos habían sido pasados por alto por los médicos durante exámenes rutinarios. Es decir, Panda vio lo que los ojos entrenados no vieron.

La innovación ha llegado tan lejos que incluso la FDA, la agencia estadounidense encargada de aprobar tratamientos médicos, ha decidido acelerar el proceso de evaluación de esta tecnología. Y no es habitual. A veces, el camino hacia la aprobación de una terapia puede llevar más de una década. Pero cuando la promesa es tan clara y el riesgo de no actuar tan alto, incluso las burocracias se agilizan.

Lo curioso es que esta revolución médica surge en un momento de tensiones geopolíticas. China y Estados Unidos mantienen disputas en numerosos frentes, pero la salud —al menos por ahora— parece abrir caminos donde la política cierra puertas.

Que una empresa china consiga que una agencia estadounidense acelere su proceso de aprobación dice mucho del potencial de esta IA. También lanza un mensaje poderoso: el conocimiento no tiene pasaporte, y si puede salvar vidas, merece cruzar cualquier frontera.

Panda aún debe pasar por nuevas pruebas, más rigurosas y diversas. Pero su avance no solo trae esperanza para quienes temen un diagnóstico imposible. También señala un futuro donde la inteligencia artificial, bien dirigida, puede ser la mejor aliada de la medicina.