¿Hemos sido engañados por una IA? El test de Turing ya no mide lo que creíamos

¿Hemos sido engañados por una IA? El test de Turing ya no mide lo que creíamos

Durante décadas, fue el Santo Grial de la inteligencia artificial.
Si una máquina lograba pasar el Test de Turing, podría considerarse «inteligente». Ahora que GPT-4.5 y LLaMa-3.1 lo han conseguido, la emoción se ha convertido en escepticismo. ¿De verdad lo han logrado… o solo engañaron a humanos distraídos?

La prueba ideada por Alan Turing en 1950 consistía en algo simple: si un humano no puede distinguir entre una máquina y otra persona en una conversación, entonces la máquina ha pasado el test. Este año, un estudio de la Universidad de California lo replicó en condiciones rigurosas: conversaciones simultáneas, cinco minutos por sesión, y una decisión final por parte del interrogador.

Los resultados fueron impactantes: GPT-4.5 fue identificado como humano en el 73% de los casos cuando se le asignó una «personalidad». LLaMa-3.1 obtuvo un 56%. Pero la magia se desvanece al leer las conversaciones. Preguntas como «¿Qué serie estás viendo?» o «¿Te gusta la pizza?» dominaron los diálogos. Pocas veces los interrogadores trataron realmente de detectar a la IA.

De hecho, algunos participantes confesaron haberse guiado por corazonadas. Otros, simplemente no se esforzaron. “Querían cumplir con el experimento y ya”, resumió un crítico en Hacker News.

Aquí entra el verdadero debate: ¿es válido el test de Turing si los humanos no juegan bien su papel? ¿No deberíamos exigir más para declarar que una IA ha alcanzado un nuevo nivel de comprensión?

Los modelos sin personalidad asignada apenas lograron un 36% de éxito. ELIZA, el primer chatbot de los años 60, apenas fue confundido con un humano en el 23% de los casos. Pero incluso eso preocupa: todavía hay quien le atribuye humanidad a un código rudimentario.

El fenómeno tiene nombre: «efecto ELIZA». La tendencia humana a proyectar emociones o conciencia en lo que no la tiene.

Entonces, ¿qué nos dice realmente que una IA haya pasado este test? Tal vez, más que sobre la máquina, nos revela algo inquietante sobre nosotros: que estamos dispuestos a aceptar lo artificial, si nos habla bonito.

El test de Turing ya no mide la inteligencia de las máquinas, sino nuestra disposición a creer.