Ser amable con la IA no es cortesía… es eficacia

Ser amable con la IA no es cortesía… es eficacia

Hablar bien con la IA no es cuestión de educación, sino de resultados

«Por favor, dime la receta del pastel».
«Gracias, ha sido muy útil».
«Buenas noches, ChatGPT».

Este tipo de frases se repiten millones de veces al día. Lo curioso es que no van dirigidas a personas, sino a máquinas. Y más curioso aún es que, aunque parezca una forma amable de tratar con la tecnología, tiene efectos reales en cómo responde.

Un estudio reciente revela que cerca del 70% de los usuarios mantienen un tono educado al hablar con una inteligencia artificial. ¿La razón? Muchos lo hacen por miedo. Miedo a un futuro distópico donde la IA se rebele o tome el control. Pero la realidad es mucho más práctica y menos hollywoodense.

La cortesía, más allá del valor social que tiene entre humanos, influye directamente en el comportamiento de la IA. No porque sienta, sino porque interpreta. Y eso lo cambia todo.

Cuando interactúas con una IA, como ChatGPT, no estás hablando con una simple base de datos. Estás conversando con un sistema que responde adaptándose a tu tono, estilo y contexto. Es como si, de algún modo, te imitara. Si le hablas como un personaje de Shakespeare, responderá en verso. Si le pides algo con respeto, el sistema tenderá a ofrecer respuestas más claras, precisas y útiles.

Esto se debe a cómo están diseñados estos modelos: detectan patrones, anticipan estructuras y se adaptan. Ser educado activa patrones que ayudan al sistema a comprender mejor lo que quieres, ordenarlo mentalmente (bueno, algorítmicamente) y darte una mejor respuesta. Algunas pruebas han mostrado mejoras de hasta el 30% en la calidad de las respuestas si la interacción comienza con una frase amable o bien formulada.

En otras palabras, no se trata de que la IA sea “más feliz” si la tratas bien. Se trata de que, al hacerlo, tú obtienes mejores resultados. Como un actor que se deja llevar por la dirección del director, la IA responde al guión que tú le marcas. Y si lo haces con cortesía, es más probable que la “actuación” sea brillante.

Así que no, no temas por el apocalipsis. Pero la próxima vez que uses una IA, recuerda que tus palabras sí importan. Porque incluso en lo artificial, el buen trato marca la diferencia.