La inteligencia artificial ya está en las aulas, aunque no lo parezca
Algunos profesores lo sospechan. Muchos estudiantes lo saben. Y todos coinciden en una cosa: la inteligencia artificial ha llegado a la educación… pero la educación aún no ha llegado a la inteligencia artificial.
Un reciente estudio de Empantallados.com y GAD3 —titulado “Educar en la era de la IA”— revela una realidad que cada vez pesa más en el día a día de los centros escolares: seis de cada diez alumnos y docentes afirman no tener suficiente formación para usar esta tecnología de forma adecuada. La IA está presente, pero la preparación, no tanto.
Los datos hablan por sí solos. Más de la mitad de los profesores reconoce que la IA ya tiene un papel importante en su actividad docente. La usan para diseñar clases, automatizar tareas administrativas o preparar ejercicios. Pero también confiesan sentirse desbordados. El 60% cree que la falta de formación en IA puede estar afectando a la manera en la que los alumnos aprenden… o dejan de aprender.
Y es que esta tecnología, si bien puede potenciar el aprendizaje personalizado —algo que defiende el 82% del profesorado—, también tiene su cara B. La facilidad para generar respuestas con un clic está haciendo que algunos alumnos no comprendan del todo lo que entregan. Cuatro de cada diez profesores aseguran haber detectado este fenómeno.
Entre los estudiantes, el uso de la IA es constante. El 85% la utiliza al menos una vez por semana y un 15% la emplea todos los días. Sus principales usos: buscar información (80%) y estructurar trabajos (68%). Pero hay otro dato que llama la atención: uno de cada tres adolescentes dice usarla para hablar de temas personales o tomar decisiones importantes.
La IA ha empezado a cambiar el modo en que se estudia. El 54% de los alumnos considera que algunos trabajos escolares ya no tienen sentido gracias a esta tecnología. Sin embargo, la mayoría no ve en ella un reemplazo del profesor, sino un complemento. Y valoran, por encima de todo, el acompañamiento humano en el proceso de aprendizaje.
Para muchos docentes, el desafío es doble: adaptarse ellos mismos y, al mismo tiempo, enseñar a sus alumnos a usar la IA con criterio, ética y creatividad. La edad ideal para empezar, según el estudio, sería a los 14 años con supervisión, y a partir de los 17 sin vigilancia.
Mientras tanto, Google sigue siendo la fuente principal de información, seguido muy de cerca por ChatGPT. Pero el estudio concluye con una advertencia: cuanto más poderosa es la tecnología, más importante es formar personas capaces de usarla con responsabilidad, empatía y pensamiento crítico.