El desarrollo de nuevos medicamentos es un proceso costoso y lento. Sin embargo, la inteligencia artificial (IA) está cambiando esta realidad, permitiendo que el descubrimiento de fármacos sea más rápido, eficiente y preciso. En España, varias startups están apostando por esta tecnología para transformar el sector farmacéutico y mejorar la vida de los pacientes.
Una de las compañías más destacadas es Omniscope, con oficinas en el Parque Científico de Barcelona y en Dover (Estados Unidos). Su propuesta se basa en una base de datos inmunológica única, creada a partir de muestras de pacientes y atletas de élite, en colaboración con el Barça Innovation Hub del Fútbol Club Barcelona. Gracias a la IA interpretativa, pueden identificar múltiples patologías y predecir respuestas personalizadas a los tratamientos.
Según Vijay Vaswani, cofundador y CEO de Omniscope, “el desarrollo tradicional de fármacos es caro y lento”. La compañía está redefiniendo este proceso mediante la recopilación y análisis sistemático de datos inmunológicos, combinados con IA generativa y experimentación rigurosa. Este enfoque permite optimizar la seguridad y la eficacia de los medicamentos, reduciendo los riesgos para los pacientes y acelerando el tiempo de llegada de los tratamientos al mercado.
Pero Omniscope no está sola en esta revolución. Farmaindustria, la asociación española de la industria farmacéutica, ha destacado el papel de la IA y la IA generativa en la transformación del desarrollo de fármacos. Estas tecnologías están permitiendo identificar nuevas moléculas, optimizar ensayos clínicos y mejorar la personalización de los tratamientos al predecir qué pacientes responderán mejor a una terapia específica.
Empresas como Pfizer también han integrado la IA en su estrategia, combinando datos y entornos digitales para acelerar la investigación y desarrollo de medicamentos. Su objetivo es reducir el número de compuestos en estudio y centrarse solo en aquellos con más posibilidades de éxito. Además, están explorando el uso de la física cuántica para predecir el comportamiento de los electrones en una molécula, lo que facilita el diseño de fármacos con estructuras más eficientes.
Por su parte, Roche Farma España ya trabaja con la IA en sus procesos de investigación. Su director de asuntos corporativos, Federico Plaza, señala que, aunque la adopción de estas tecnologías aún está en una fase inicial, su crecimiento es significativo. Herramientas como el machine learning y la computación cuántica están abriendo nuevas oportunidades para diseñar fármacos más eficaces y mejorar las tasas de éxito en los ensayos clínicos.
La innovación no se detiene ahí. Startups como Pharmacelera y Nostrum Biodiscovery han desarrollado plataformas de IA que permiten analizar grandes volúmenes de datos para descubrir nuevas moléculas y mejorar la formulación de medicamentos. Otras, como DevsHealth y Biorce, trabajan en la optimización de ensayos clínicos y en la creación de tratamientos específicos para enfermedades infecciosas.
Un caso particular es el de Endogene, una ‘biotech’ con sede en París y un equipo de investigación en España, que aplica IA para identificar fármacos existentes y evaluar su posible uso en el tratamiento de la endometriosis. Su fundadora, Teresa Pérez Zaballos, explica que la escasez de información médica sobre esta enfermedad motivó al equipo a buscar nuevas soluciones.
El impacto de la inteligencia artificial en la salud es innegable. Su capacidad para acelerar la investigación, mejorar la precisión de los tratamientos y reducir costos está atrayendo el interés de la industria farmacéutica. Aunque aún queda camino por recorrer, las startups españolas están demostrando que la tecnología puede marcar una diferencia real en la vida de los pacientes.
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